sábado, 30 de marzo de 2013

Italia, el caos.

Napolitano descarta dimitir y urge a los partidos a un acuerdo de mínimos

El presidente italiano zanja con una intervención las especulaciones sobre su posible dimisión

El presidente italiano, Giorgio Napolitano, tras comparecer ante la prensa el sábado. / VINCENZO PINTO VINCENZO PINTO (AFP)

Los viejos navegantes jamás abandonan el barco. Durante las últimas horas, los medios italianos habían coincidido en expandir el rumor de una posible dimisión del presidente de la República, Giorgio Napolitano. Pero el antiguo comunista, de 88 años, salió a la palestra para decir que permanecerá junto al timón hasta el último día de su mandato –el 15 de mayo—y apeló a los partidos políticos a hacer “un último esfuerzo” para orillar su graves diferencias y permitir la formación de un nuevo Gobierno. “No escondo al país”, dijo el presidente, “las dificultades que estoy encontrando”.
Pero Napolitano insiste en su “confianza de superar el momento crucial que atraviesa Italia”. Un mes después de las elecciones, el bloqueo es total, porque ni Beppe Grillo está dispuesto a pactar con Pier Luigi Bersani ni éste quiere oír hablar de un gran gobierno de coalición con Silvio Berlusconi, cuyas contrapartidas incluyen –de manera más o menos explícita-- un salvoconducto para eludir sus problemas judiciales. Durante la jornada del Viernes Santo, Napolitano constató que el desencuentro era total, y de ahí que los principales periódicos italianos especularan con la posibilidad de su dimisión.
El presidente acalló los rumores de raíz: “Aún siendo bastante limitadas mis iniciativas para la formación de un gobierno, puedo hasta el último día de mi mandato crear condiciones favorables para desbloquear la rígida posición de oposición entre las fuerzas parlamentarias”. Giorgio Napolitano anunció que convocará al palacio del Quirinal a “dos grupos restringidos de personalidades” a los que pedirá una lista de los “temas esenciales” que el país tiene que afrontar y sobre los que debe pivotar el acuerdo entre los partidos. “Han de ser temas de carácter institucional y de carácter económicos, sociales y de base europea, un material que sea útil también para la tarea del próximo presidente de la República”.
La intervención de Napolitano ante la nación –de apenas 15 minutos—quería ser en sí un mensaje de tranquilidad. A pesar de estar atravesando la peor recesión desde después de la guerra y de un desencuentro político total, el presidente Napolitano quiso dejar constancia de que tanto él como el gobierno técnico de Mario Monti siguen al mando: “No se puede escapar a los italianos ni a la opinión internacional que un elemento de certidumbre en Italia lo representa la operatividad del Gobierno en funciones, que está a punto de adoptar medidas para la economía de acuerdo con Europa y con la esencial colaboración del nuevo Parlamento”.


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