sábado, 30 de junio de 2012

México, el voto en el extranjero.

El voto en el extranjero: una visión desde Santa Ana, California
Arturo Balderas Rodríguez
Esta es la segunda entrega sobre el voto de los mexicanos que residen en el extranjero y las razones del porqué su escasa participación en el proceso electoral de México.
La ciudad de Santa Ana, California, está situada a 50 kilómetros de la ciudad de Los Ángeles. De los 400 mil habitantes en la ciudad aproximadamente 300 mil son de origen mexicano, incluidos los cinco miembros que integran su asamblea de gobierno. La semana pasada un grupo de mexicanos residentes en esa ciudad se reunió en el Centro Cultural Mexicano para comentar el porqué de la abstención en el proceso electoral de su país. Entre los participantes había trabajadores del campo, de los servicios, líderes comunitarios, profesionistas y estudiantes. La pregunta que ordenó la plática fue ¿por qué, después de tantos esfuerzos de la comunidad mexicana residente en el extranjero para lograr el voto, su participación en las elecciones es tan dramáticamente reducida? Aquí están algunas de sus conclusiones.
La primera respuesta en la que coincidió la mayoría de los participantes fue la carencia de credenciales de elector. La razón, dijeron, es que no obstante que hay un estudio en el que se presume que por lo menos 4 millones de residentes en el extranjero tienen credenciales para votar, un buen número de ellos las ha extraviado o se deshizo intencionalmente de ellas al pasar la frontera para evitar ser identificados. A su parecer, la negativa a otorgar credenciales de empadronamiento a quienes viven fuera de México tiene como fin evitar que voten, a sabiendas que muchos de ellos son indocumentados y no pueden trasladarse a México para reponerlas.
La segunda razón es la falta de información sobre los tiempos y las características del proceso electoral. Se comentó que la mayoría de los mexicanos que residen en Santa Ana y sus alrededores no están informados sobre las elecciones y la forma de participar en ellas. La difusión que se realiza en torno al proceso electoral es insuficiente, y la que se ofrece se concentra en pocos medios. Sería más efectivo, dijeron, si se buscara apoyo en las organizaciones de oriundos que proliferan en esta región de California.
Coincidieron en señalar que influye la apatía y el desinterés por el proceso electoral mexicano, y el hecho de que quienes también ostentan la nacionalidad estadunidense prefieren votar en las elecciones de Estados Unidos. Otro factor es su alejamiento de México, que a la larga se traduce en falta de interés sobre el acontecer político del país.
Tal vez una de las más preocupantes conclusiones es la poca confianza que se tiene en el proceso en su conjunto, ya no tanto en la posibilidad de fraude en el momento de votar y contar los votos, como en la ventaja abrumadora que se da a alguno de los candidatos en el transcurso previo a la elección. Existe la convicción entre muchas personas, dijeron, que en los medios se fomenta una imagen positiva o negativa de los candidatos para favorecer o perjudicar a uno de ellos. El resultado es que un gran porcentaje de electores, cuya información básica proviene de la televisión, se ha formado una opinión sesgada de los candidatos, según la conveniencia de esos medios. Esto es, señalaron, una forma de inhibir la participación política. A la larga se fomenta la idea de que no hay necesidad de votar porque la elección está decidida de antemano.
Si se quiere aumentar la participación de quienes viven en el extranjero, dijeron, es necesario cambiar algunos aspectos de la ley para que se pueda votar con un documento oficial, como el pasaporte, o emitir credenciales de elector en algunos puntos clave en las mayores concentraciones de mexicanos, y también estudiar la forma de utilizar el Internet para votar, como se hace en otras entidades.
Entre los participantes hubo coincidencia de que es necesario promover una cultura del voto, por la importancia de participar en el proceso electoral. Tomando en consideración el envío de remesas que hacen a sus familiares, algunos han decidido influir en ellos para que voten por un determinado candidato. Además se disponen a crear redes de información sobre la necesidad de un profundo cambio en las condiciones políticas y económicas del país para acabar con la corrupción y la abismal desigualdad. Para ello, dijeron, es necesario trabajar desde ahora y no esperar otros seis años en los que pueden repetirse los mismos problemas de los que ahora estamos conscientes.
Como dato al margen, vale anotar que el IFE recibió 59 mil solicitudes para votar y hasta la fecha se habían recibido poco menos de 35 mil votos de quienes residen en el extranjero.

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