miércoles, 27 de junio de 2012

Bolivia, acuerdo con la policía.

Gobierno y policías logran un acuerdo salarial que pone fin al motín en Bolivia

El pacto llega horas antes de que se junten en La Paz el motín policial y una protesta indígena

El Gobierno había acusado a los agentes de ser parte de una conspiración golpista

Los policías han machacado a Morales desde el exterior de la sede de Gobierno seis días

Agentes de policía frente a la sede de Gobierno. / Juan Karita (AP)

El Gobierno boliviano y los policías amotinados firmaron esta madrugada en La Paz un acuerdo de mejoras salariales y laborales que pone fin a una semana de protestas en la que se produjeron algunos actos violentos. Fuentes oficiales y de los agentes y suboficiales de la Policía Nacional citadas por Efe confirmaron que el convenio incluye un aumento de 100 bolivianos (unos 11,6 euros) del sueldo básico mensual y la suspensión de la ley de régimen disciplinario del cuerpo.
El acuerdo se firmó al amanecer de este miércoles sen La Paz, pocas horas antes de que llegue a La Paz una marcha indígena que rechaza una carretera que quiere construir el presidente boliviano, Evo Morales, en la reserva natural del Tipnis.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, informó a medios oficiales que, además, del aumento y la suspensión de la ley de régimen disciplinario, hay compromisos para no procesar a los amotinados, crear la oficina del Defensor del Policía y estudiar el reclamo de jubilación con el 100% del salario.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, había ordenado este martes a sus ministros el reinicio del diálogo para buscar acuerdos de solución a las demandas de la policía, que pedía mejores condiciones salariales, la abrogación de la ley de régimen disciplinario, mejores pensiones de retiro y la creación de una Defensoría del Policía. El punto de desacuerdo es el de la homologación de salarios a los percibidos por los militares, que el Gobierno considera inaplicable por los costos que le significará al Tesoro General.
La negociación comenzó a avanzar en la madrugada de este miércoles (hora española). La Agencia Boliviana de Información, citada por Efe, aseguró a las cuatro de la madrugada españolas que existía un principio de acuerdo después de horas de reuniones. Yolanda Herrera, miembro de la Asamblea de derechos Humanos, explicó que tras cuatro horas de reunión, los representantes de los policías amotinados habían salido a informar a sus compañeros de los puntos de acuerdo para logar una aprobación final. Esta versión fue confirmada por una de las negociadoras en nombre de los policías. "El diálogo parece arribar a buen puerto", dijo la ministra de Comunicación, Amanda Dávila.
Aunque el Gobierno intentó no entrar en enfrentamientos violentos con los policías, este martes el presidente Morales llamó a la principal organización campesina del país, que le apoya, a manifestarse en La Paz a favor del Gobierno y para defender su "proceso revolucionario" frente a un supuesto complot de la derecha.
La rebelión de los suboficiales, sargentos, clases y policías ha sido respaldada por los mandos medios de la Policía, aunque este hecho ha sido interpretado con suspicacia por el Gobierno que sospecha afanes conspirativos. El único golpista en el país es el hambre y la falta de eficiencia de las autoridades, han declarado portavoces de los amotinados que han rechazado con vehemencia las acusaciones gubernamentales en la marcha callejera de la mañana, respaldada por el ala troskista del magisterio de La Paz.
El acuerdo libera la tremenda tensión que se cernía este miércoles sobre el centro de la Paz, donde iban a converger tres protestas. Las movilizaciones a favor de Morales coinciden este miércoles en el centro de La Paz con la de los policías, que mantienen sitiadas las principales instituciones del país. Pero también coincidirá con la marcha indígena (la novena) que llega desde las tierras amazónicas para protestar contra la construcción de una carretera a través de una reserva natural, el Tipnis.
El presidente boliviano Evo Morales ha sido acosado y torturado psicológicamente por los policías amotinados que se han hecho con el control del centro neurálgico del poder político, la plaza de armas de La Paz, desde la que mantienen sitiadas las sedes del Gobierno, la Asamblea Legislativa y la Cancillería del Estado Plurinacional. El exceso en la presión de los policías fue denunciado por la ministra de Comunicación, Amanda Dávila, que pidió el cese de estas manifestaciones a todas luces crueles.
El motín policial, que estalló el jueves 21 cuando las esposas de los agentes de bajo rango cerraron los cuarteles, no ha sido controlado por las autoridades, que mantienen tensas negociaciones con los nuevos delegados de unidades de todo el país. El primer acuerdo, suscrito el domingo, fue rechazado de plano y los representantes que lo negociaron fueron desautorizados y destituidos.
“Pido a estos amotinados que dejen ya de este acoso permanente tan cruel al presidente Morales” expresó este martes la ministra Dávila en declaraciones a la Radio Panamericana de La Paz. Dávila se mostró conmovida como mujer y como colaboradora en el Gabinete ante el estoicismo del presidente boliviano, obligado a escuchar, cada hora de los últimos seis días, los gritos amplificados por los megáfonos de los amotinados, el pertinaz golpeteo de las explosiones de pequeñas cargas de dinamita ante la fachada de la Casa de Gobierno.
“El presidente aguanta en silencio, como hombre valiente que es, todos los insultos racistas, de ninguneo y de agresión”, se lamentó Dávila el martes y afirmó que se trata de una “tortura psicológica permanente” pues los estribillos son inaceptables al mellar la dignidad personal del presidente.
Morales ha tenido durante toda la crisis la atribución constitucional de ordenar de forma inmediata el control de la situación con el apoyo de las Fuerzas Armadas y no permitir más estas expresiones, pero se mostró decidido a soportar cuanto fuera para evitar enfrentamientos que puedan derivar en un derramamiento de sangre, según dijo la ministra de Comunicación.
“A ningún otro presidente le habríamos dicho nunca las cosas que le dicen a Evo. Es una situación grave de un palacio sitiado y un presidente torturado por los insultos que no puede continuar”, aun cuando haya total desacuerdo con su modo de hacer política, con el plan económico o con las afirmaciones que hace, señaló la ministra horas antes de anunciarse el acuerdo final.

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