miércoles, 16 de mayo de 2012

Serenidad.

Serenidad Claudio Lomnitz E l mundo está muy delicado. Las noticias de la semana deben de imprimir una actitud de gravedad, de serenidad y de búsqueda de consensos entre los candidatos a la Presidencia, y en la sociedad mexicana en su conjunto. ¿Por qué? Todo indica que la recesión mundial se va a profundizar en los próximos meses. El problema comienza en Europa, que está en un punto de inflexión con la crisis griega, y la situación de España. Es posible que Grecia salga del euro y que eso genere un proceso que ponga en riesgo la supervivencia misma de esa moneda. Otra posibilidad es que el euro se devalúe, para mantener a Grecia y España en el sistema. O, si no, Grecia y España se mantendrán en el euro, Alemania evitará que se devalúe la moneda, pero la periferia europea, desde Irlanda hasta Grecia, tendrá que enfrentar una depresión severa y prolongada. Como sea, las medidas de austeridad que se han adoptado en una serie de países han ido generando una ola autoritaria. En la periferia de Europa hay un buen número de democracias que se han volcado decididamente hacia el autoritarismo: Hungría, Ucrania, Rusia, Irán. Incluso Turquía, que tiene aún un régimen relativamente democrático, mantiene alrededor de 100 periodistas en la cárcel, apoyada en una reciente ley antiterrorista. Bien se puede decir que, para los gobiernos autoritarios que han ido consolidándose, el respeto al abuso ajeno es la paz. Unos se apoyan con otros frente a cualquier queja contra violaciones a derechos humanos, violaciones a procedimientos democráticos o a derechos civiles. Mientras, al interior de la Unión Europea han ido surgiendo grupos de ultraderecha que hace poco estaban fuera del espectro político. En la elección pasada, el partido fascista griego entró por primera vez al parlamento, con 6 por ciento del voto. En Francia, Marine Le Pen ganó 18 por ciento del voto, y la derecha dura se ha hecho fuerte en países que hasta hace poco fueron famosos por su tolerancia, como Holanda y Finlandia. Por otra parte, hay ya bastantes señales de que la economía China comienza a estabilizarse (o, como dicen los economistas, a desacelerarse). La medida del fenómeno no está aún demasiado clara, pero los datos de consumo de electricidad y de tráfico comercial ferroviario de este mes sugieren que hay una desaceleración muy real y nada especulativa. Esa tendencia al estancamiento se prolongará seguramente si se profundiza la recesión europea o se devalúa el euro, ya que 18 por ciento de las exportaciones de China van a la Unión Europea. Un estancamiento en China prolongaría los bajos niveles de crecimiento de Estados Unidos, y detendría el crecimiento de varios países sudamericanos, comenzando por Brasil y Argentina. Dado este panorama tan preocupante, importa, y mucho, que México sea un pulmón de democracia, de estabilidad, de justicia, y de sensatez. Es éste un buen momento para recordar las épocas más nobles de la historia contemporánea de México: su actitud ante los hechos cruentos del mundo de los años 30 y 40. Viene a la mente, como ejemplo a seguir, la serenidad del general Cárdenas. Su firmeza militante ante el vendaval del fascismo, y también su distancia decidida ante el totalitarismo comunista. Su enfoque de estadista, que buscó combinar puntos fundamentales de reforma y justicia social –reforma agraria, nacionalización petrolera– con un rechazo al totalitarismo, apoyo a la libertad y a la democracia, construcción de una relación respetuosa y positiva con Estados Unidos y América Latina, y con el respeto a la estabilidad interna y a las diferencias internas de México, manifiesto en su apoyo a la candidatura de Manuel Ávila Camacho. Y aun el general Ávila Camacho, desde la derecha de su partido, y con logros menos impresionantes que los de Cárdenas, tuvo, sin embargo, una actitud serena y positiva, sobre todo si se lo ve desde el mundo en que le tocó gobernar, el mundo de la Segunda Guerra Mundial. El mundo está entrando en un periodo delicado. Es un momento en que hay que cuidar ante todo el medio ambiente, tanto social como físico –el agua, la tierra, el uso responsable de la energía– y buscar elementos fundamentales, universales, de bienestar. Es, también, un momento en que México tiene que tener firmeza y creatividad ante la violencia interna– ponerse a la cabeza de un movimiento internacional de reforma del negocio de las drogas y de la venta de armas. Es, sobre todo, un momento en que México tiene que estar atento a la realidad, listo para aprender, para aprovechar oportunidades y evitar malas costumbres; para fortalecer los espacios públicos y la vida pública. Es un momento en que hay que buscar cortesía y consideración para con el otro. Es un momento para que los candidatos, los partidos políticos y la sociedad busquen serenidad y acuerdos fundamentales a nivel de democracia y derechos sociales. AnteriorSiguiente Subir al inicio del texto

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