viernes, 30 de diciembre de 2011

San Francisco, ciudad de gurús.

La conquista del Oeste digital
Los magos de la tecnología comen burritos con frijoles y las librerías desafían a los nuevos tiempos. El barrio de Mission destila el espíritu emprendedor, solidario y de 'innovación abierta' de San Francisco


Apenas un par de bloques separan dos mundos en la calle de Valencia, arteria del barrio de Mission. En el número 780, Summit (www.thesummit-sf.com), cafetería-incubadora de empresas de informática, un espacio industrial diáfano con mesas comunales que alquila oficinas a programadores anónimos en busca del próximo Facebook. Pocos números más arriba, 826 Valencia (http://826valencia.org), un portal abigarrado con garfios, parches, banderas de calaveras, barbas postizas... La tienda pirata sirve de tapadera a una gran sala dedicada a un taller de escritura para jóvenes (la ordenanza del suelo les obligaba a vender algo). El novelista Dave Eggers (American Book Award) y la profesora Nínive Calegari querían enseñar a redactar mejor los deberes a jóvenes desfavorecidos, casi siempre inmigrantes que no hablan inglés en casa. Cuentan con unos mil maestros voluntarios para 6.000 alumnos, y se han expandido a siete ciudades.

En realidad, los dos locales son caras de una misma moneda. Si la librería organiza a diario encuentros con creadores (Miranda July, Ry Cooder), el café Summit ofrece sus paredes a artistas locales. Ambos encarnan el espíritu emprendedor de San Francisco, ciudad idealista, solidaria y ecléctica. "Por su tamaño, su carácter progre, sus bicicletas y sus parques, se ha ganado el cariño de los europeos... y una reputación de loca entre los americanos, por sus políticos de izquierdas, menús veganos y coches híbridos", dice Steven Dinkelspiel, editor de San Francisco Magazine.

.El coreógrafo Alonzo King, una institución aquí, cree que para comprender la ciudad y su historia "hay que subir a sus puntos más altos, como Twin Peaks o Bernal Heights". Hasta 43 colinas delimitan los distintos barrios, a los que se accede mediante un eficiente transporte público (www.sfmta.com). Cada distrito tuvo su década de gloria: North Beach, en los cincuenta por el movimiento beat (Ginsberg, Kerouac o Bukowski congregados en la librería City Lights; www.citylights.com), hasta que a mediados de los sesenta la contracultura se trasladó a Haight Ashbury, meca hippy del cáñamo y el rock psicodélico. En los setenta despuntó Castro, el barrio gay, donde Harvey Milk abrió su tienda de fotografía y pronunció sus antológicos discursos, y SoMa (South of Market) reunió en los noventa a los cerebros de la burbuja puntocom.

Hoy todos esos barrios sobreviven con mucha dignidad. La iniciativa, no obstante, la lleva el más antiguo, Mission. Nacido en torno a un monasterio de 1776 aún conservado, Misión Dolores, siempre fue obrero, con la mitad de la población latina. Pero los bohemios y los nuevos ricos han incorporado teatros indies como el Marsh (www.themarsh.org) o salas de música en directo como Savanna Jazz (www.savannajazz.com). La mezcla salta a la vista: dos pasos más allá de un lujoso gastrobar para hipsters (modernos) y foodies (sibaritas), una tasca de burritos a cinco dólares, Farolito (www.elfarolitoinc.com), con sus gigantescas tortillas de carne, frijoles y arroz.

¿Qué da cohesión a este conglomerado? Su sentido de comunidad. Abundan proyectos como La Cocina (www.lacocinasf.org), donde cada día un chef diferente alquila los fogones. "Ayudamos a despegar a estos talentos que carecen de dinero para abrir su propio restaurante. Así se ahorran licencias, alquileres, proveedores...", explica Caleb Zigas, el director desde 2005. Hay otro rasgo común en este barrio: el carácter festivo y algo canalla. "Un cierto síndrome de Peter Pan, gente que no quiere crecer", comenta el ingeniero José Mateos. Sirva un ejemplo reciente: en el Cava 22 (www.cava22sf.com), bar con mariachis y letales tequilas, un empleado de Apple perdió un prototipo. Nunca más se supo.

Libros con orejas
Es curioso: en la bahía donde se desarrollan las tecnologías para jubilar a la letra impresa triunfan las librerías. Un bloque más allá de la tienda pirata, en el 900 de la calle de Valencia, el apetecible escaparate de Dog Eared Books (www.dogearedbooks.com). El nombre (orejas de perro) alude a la forma en que los cantos de los libros se deforman por el uso. El 85% de los libros son usados. Compran tomos al 30% de su valor original. En esto fue pionera Green Apple (www.greenapplebooks.com). "Ojo, somos selectivos: nada de novela rosa, ni libros de bolsillo, ni subrayados", avisa el encargado.

La ciudad respira literatura desde antes de Dashiell Hammett: ya en 1854 se fundó la biblioteca pública Mechanics' Institute (www.milibrary.org), un magnífico edificio modernista en el distrito financiero que conserva una sección de prensa con 600 publicaciones internacionales. La novedad son los establecimientos especializados, como Borderlands (ciencia ficción; www.borderlands-books.com) o M for Mystery (negra).

Tal vez la mejor manera de entender Mission, y por extensión San Francisco, sea acudir un domingo a Dolores Park. Otrora cementerio judío, en esta gran explanada verde conviven al sol artistas, hippies, gais, jóvenes a la moda (retro) y familias. Leen, hacen deporte, improvisan música, bailan al ritmo de dj... La fiesta nunca falta, pero tampoco el servicio a la ciudad: en 1906, tras un devastador terremoto, el parque acogió el campamento para los miles de ciudadanos que habían perdido su casa. Y el pasado octubre acogió el peculiar homenaje que los empleados de Apple rindieron a Steve Jobs moviendo en el aire en silencio sus iPhone.

Cifras
» Población: San Francisco tiene 805.235 habitantes (31% asiáticos y 14% de origen hispano). El área de la bahía, 7 millones.

» Número de Cable Cars (tranvías): 47.

» Puente más largo: Oakland Bridge, 13,5 kilómetros (el Golden Gate, 2,7 kilómetros).

» Restaurantes: más de 3.500.

» Museos: 62.

» Teatros: 150.

» Punto más elevado: monte Davidson, con 286 metros.

» Número de colinas: 43.


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