jueves, 29 de diciembre de 2011

Mujeres al borde de...

Mujeres al borde de...
Margo Glantz


Parecería, siempre parecería, que a las mujeres no les va muy bien en ninguna parte del mundo, es más, les está yendo peor. Afirmación simplista, pero contundente y cierta. Cito sólo algunos ejemplos:

1.- El 21 de noviembre pasado falleció Edwige Ligoneche debido a un linfoma anaplásico, es decir, un cáncer fulminante ocasionado por un implante de silicona en los senos. Ya desde marzo de 2010 se sabía que las prótesis mamarias podían estallar, dato corroborado con la muerte de esta francesa, a pesar de que numerosos médicos (incluyendo el que la atendió) asocien el linfoma con las prótesis, pero no con el producto que se utiliza para fabricarlas.

Éstas se emplean para paliar los efectos sicológicos de una mastografía, necesaria, aunque suponga una grave agresión física, añadida a las de la quimio y la radioterapia. Una consecuencia anatómica: la cirugía desequilibra la simetría corporal y afecta la columna vertebral por la falta de peso de la mama o las mamas extirpadas, además de provocar una pérdida enorme de autoestima en las afectadas. Terrible dilema: quedar mutilada o exponerse a las posibles consecuencias fatales de un implante.

2.- En Jerusalén se agrava el fanatismo religioso y son las mujeres las depositarias más evidentes de esta violencia: para empezar fueron borradas de las campañas publicitarias y los muros de la vieja ciudad ostentan sólo figuras masculinas o las imágenes donde aparecen han sido arrancadas o mutiladas; en los supermercados se proponen horarios diferentes para hombres y mujeres y se pretende que éstas caminen siempre detrás de los varones; en los restoranes se intenta separar a las familias según su sexo; en las escuelas primarias se exige separar a las niñas de los niños, por ello, la directora de una escuela de danza, Tzafira Stern, declaró indignada: “...nuestros rostros y el de nuestras hijas se han vuelto indecentes”. Ayer el presidente Shimon Peres llamó a movilizarse contra este fenómeno tan inquietante, aduciendo “que el país no debe doblegarse ante una minoría religiosa que trata de imponer su visión del mundo a la mayoría de la población”.
3.- En Egipto, las mujeres que protestaron contra el gobierno militar en la plaza Tahir fueron vejadas por la policía y en marzo pasado sometidas a un examen de virginidad: un tribunal también militar decretó que los culpables serán procesados por violaciones a los derechos humanos.

4.- Leo por fin un reportaje sobre las mujeres indias de un pequeño poblado al sur del país: Christine Eggs, de una ONG, contaba que al llegar a la India para combatir el sida se encontró con un médico que le habló de las enfermedades femeninas más frecuentes en la región: irritaciones, ulceraciones vaginales y esterilidad debidas a la falta de higiene y a la utilización de saris viejos que no absorben la sangre, en un clima que alcanza los 40 grados centígrados casi todo el año. En esas zonas, como en otros lugares, las casas son de adobe, 80 % de las mujeres son iletradas y sucumben a los tradicionales prejuicios que las obligan a encerrarse durante la menstruación.

A instancias de Eggs, en Chepaluppada, donde la electricidad sólo opera durante seis horas diarias, se ha instalado un taller para fabricar toallas higiénicas. Una pulpa de madera semejante al algodón, importada de Reino Unido, se coloca en un aparato que separa las fibras. Otra obrera las recupera, las pone en un molde, las aplana con un martillo e iguala los bordes antes de entregarlo; la quinta obrera recoge los ingredientes, agrega una capa impermeable, un desodorante y cose las toallas en medio para evitar que sus bordes molesten. Finalmente, se hacen paquetes de ocho toallas y su marca es Suraksha (Esperanza). El costo es de 14 rupias, más dos de salario y dos de ganancia y, si se tiene en cuenta que por un dólar se obtienen 45, el precio no es muy alto. El gobierno ha aceptado comprar este producto aún bastante escaso, a juzgar por lo primitivo y limitado de su proceso

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