lunes, 28 de noviembre de 2011

Los Angeles. Los indignados no se dejan.

El movimiento Ocupa Los Ángeles resiste el intento de desalojo
El campamento mantiene su pulso contra el ayuntamiento de Los Ángeles
La policía detiene a cuatro personas

El campamento Ocupa Los Ángeles se mantiene a pesar de la orden de desalojo emitida por el Ayuntamiento. Centenares de policías antidisturbios rodearon ayer la acampada, cumpliendo órdenes para evacuarlo a partir de las doce de la noche de este pasado domingo, pero el desalojo no llegó a producirse.

Después de dos meses de acampada, el alcalde de la ciudad, Antonio Villaraigosa, justificó el desalojo por problemas de seguridad. El Ayuntamiento distribuyó un mensaje en inglés y en español entre las cerca de 500 tiendas de campaña que forman parte de la protesta, comunicándoles que debían abandonar la plaza o enfrentarse a un traslado forzoso.

“Estamos trabajando para garantizar que hay un desalojo tan ordenado y pacífico como sea posible”, declaró esta mañana Villaraigosa a la cadena de televisión MSNBC. El alcalde no reveló cuándo se obligará finalmente a los manifestantes a abandonar la plaza, pero afirmó que se hará “cuando sea más seguro para los agentes”.

Villaraigosa reconoció el viernes que se siente orgulloso de que la protesta haya sido pacífica desde su primer día “porque hemos hecho las cosas de manera distinta”. El alcalde se refería así a los incidentes producidos en los diferentes desalojos de las acampadas que han surgido en todo el país desde el pasado mes de septiembre y que en algunas ocasiones han terminado con centenares de detenidos.

La policía de Los Ángeles insistió en todo momento que quería evitar un desalojo violento. “Esto no significa que sacaremos físicamente a la gente a las 00.01. Lo que significa es que después de las 00:01 tendremos la autorización para hacer cumplir la ley”, dijo el jefe del Departamento de Policía. Las autoridades buscaban así que los manifestantes abandonaran voluntariamente la plaza y retiraran las tiendas de campaña, pero al llegar la noche del domingo las tiendas no sólo no habían desaparecido, sino que el número de manifestantes había ascendido a unas mil personas, según fuentes policiales. El desalojo fue retrasado hasta las cuatro y media de la madrugada, pero tampoco se llevó a cabo.

Las autoridades han confirmado la detención de cuatro personas durante esta madrugada, todas ellas por ocupar una de las calles en los aledaños de la plaza, donde no tenían permiso para extender la acampada, y por lanzar objetos a los agentes. La policía confirmó al diario Los Ángeles Times que su intención era despejar estas calles para garantizar la circulación del tráfico esta mañana y que todavía no hay planes concretos para llevar a cabo el desalojo completo.

El campamento Ocupa Los Ángeles es uno de los más grandes de la costa Oeste de Estados Unidos y pertenece al movimiento Ocupa Wall Street, que denuncia las desigualdades económicas en el país, las consecuencias de la crisis y el desempleo. Desde su nacimiento hace ocho semanas, ha contado con cierta complicidad por parte del alcalde, que ha llegado a distribuir capas para que los manifestantes se protegieran de la lluvia. Ante las estimaciones de que un tercio de las personas que permanecen en el campamento son ciudadanos sin techo, Villaraigosa anunció el viernes que pondrán a su disposición unas 50 camas en los albergues de la ciudad donde podrán pasar la noche una vez desalojada la plaza.

El Ayuntamiento, una vez se produzca el desalojo, mantendrá abierta la plaza durante el día para que “el movimiento Ocupa Los Ángeles y otras organizaciones puedan ejercer su derecho a la libertad de expresión”, pero deberán abandonarlo por las noches.

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