martes, 25 de octubre de 2011

Octubre chileno.

Octubre chileno
Por: Fernando Gualdoni
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Quiero aprovechar dos aniversarios, el de la promulgación de la primera Constitución chilena tras la expulsión de los españoles, y el de la muerte de Bernardo O'Higgins, el padre de la patria de Chile, para recordar que el legado de los libertadores no tiene nada que ver con el caudillismo que ha gobernado y gobierna en muchas partes de América Latina.

Hijo bastardo de un irlandés que llegó a ser Virrey del Perú, Ambrosio O'Higgins, el prócer chileno, no era el más preparado para la guerra ni para la política, pero era honesto y tenaz. Pudo haber sido un feliz hacendado y ver las vacas engordar y las frutas madurar, pero decidió ser militar cuando no había sido entrenado para ello y revolucionario para disgusto de un padre al que intentó agradar y que solo lo reconoció en su testamento. Es curioso, pero Bernardo O'Higgins repitió su historia familiar y tuvo un hijo ilegítimo con su amante Rosario Puga, apodada "Punta de diamante", por su difícil carácter. El chileno fue el único de los libertadores que nunca se casó.

"Un hombre por encima de cualquier mezquindad", dijo de él el Almirante Thomas Cochrane. "Había más cera que acero en su corazón", dijo José de San Martín, su amigo y aliado argentino. O'Higgins y San Martín fueron inmortalizados en un cuadro que está en la retina de millones de suramericanos: el abrazo tras la batalla de Maipú.

Pero pese a su entrega y probada sencillez, O'Higgins murió en el exilio. Para el héroe chileno, el reconocimiento de su país llegó tarde, en la víspera de su regreso a la patria tras años viviendo en Perú. Al menos su legado no cayó en saco roto como el de Bolívar o San Martín, sino en manos de Diego Portales, polémico ministro de Estado durante la presidencia José Joaquín Prieto. Pese a haber sido un pelucón (conservador) enemigo de los pipiolos (liberales), muchos historiadores reconocen que Portales sentó las bases del gobierno constitucional, de ciertas libertades políticas y del desarrollo económico chileno. Esto fue antes de ser depuesto y fusilado por el Ejército en 1837. La historia latinoamericana siempre ha sido cruel, sobre todo para los hombres que se negaron a caer en el populismo caudillista, tan en boga como tan antiguo.

El historiador estadounidense John Edwin Fagg, fallecido a los 81 años también en un mes de octubre, escribió hace casi medio siglo: "Hombres violentos tomaban el control de las repúblicas y lo mantenían a la fuerza, hasta que eran traicionados por caudillos tan primitivos como ellos. Que a veces hayan sido personajes pintorescos o atractivos no disminuye en absoluto el daño que hicieron. Las condiciones inestables de la vida pública desalentaron la entrada en América Latina de educadores, inversores, comerciantes y expertos. Si acaso llegaban, era en general por breve tiempo para dedicarse a la explotación, no a la labor paciente y constructiva".El resumen de Fagg sobre el destino de América Latina es hoy tan vigente como tras los exilios y muerte de O'Higgins, San Martín o Bolíva.

PD: Los restos de Portales fueron hallados por casualidad en 2005 por unos obreros que estaban trabajando en la Catedral de Santiago. Tras 170 años en el olvido, fue sepultado con honores en 2006.

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