lunes, 30 de mayo de 2011

La diosa Isis/cuento corto.

La Diosa Isis:

El teléfono no dejaba de sonar, era la una de la madrugada, Ximena entreabre sus ojos y no sabe de donde proviene el ruido, esta tan metida en su sueño, que le cuesta identificar que es el teléfono lo que la ha despertado. Se levanta dando traspiés, abre la puerta de su dormitorio, y llega al recibidor, levanta el auricular y solo logra escuchar una voz gimiendo y diciéndole: Isis, te imagino entre mis brazos, siente lo que hago contigo mmm..... que rico. Esto la termina de despertar y cuelga el teléfono.

Se le enciende la cara de ira, y taconea, ya no puede seguir soportando esto, desde que Isis se paso a vivir al apartamento hace dos meses, esta es la quinta o sexta vez que le hacen lo mismo y lo peor es que siempre han sido voces distintas, unas invitándola a salir, otras diciéndole que rico seria hacerle el amor, y otras solo le han insultado, y todo porque la confunden con Isis. Ya no lo soporta. Esta noche hablará con ella.

Se dirige al bar y se sirve un whisky, enciende un cigarrillo y se tira al sofá, deja pasar el licor por su garganta y siente como poco a poco el calor del trago la va calmando, le da un jalón al cigarrillo y se queda haciendo aros.
Piensa que tan diferente era su vida hasta hace dos meses, cuando aceptó que Isis su amiga del colegio se fuera a vivir a su apartamento.

Recuerda cuando estudiaban en el colegio, las dos eran muy tranquilas, participaban en las fiestas y raras veces las sacaba a bailar, coincidían en muchas cosas y también en que a ambas les gustara el mismo chico pero nunca aceptaron a nadie.

Con el tiempo Ximena se quedó en el pueblo. Isis decidió irse a estudiar a la ciudad; perdieron contacto durante mas de cinco años, Recién se reencontraron y para ese entonces Ximena ya vivía en un sector exclusivo de la Ciudad, cuando Isis se enteró, le pidió alojamiento pues ella vivía en un pequeño apartamento en una zona popular.

Al trasladarse, la primera semana fue para acostumbrarse y actualizarse. En la segunda semana, Isis volvía muy tarde en la noche o por la madrugada, mas de alguna vez llego con olor a alcohol y un poco desgreñada, además sus vestidos eran tan extravagantes, traslucidos, o con escotes tan pronunciados que Ximena sentía vergüenza ajena, de solo pensar que ella estaría enseñando así su cuerpo.

Cuando salían todo mundo las volteaba a ver, pero no por Ximena sino por Isis, al caminar lo hacia con movimientos sutiles y sensuales, movía su cabellera provocativamente que tanto hombres como mujeres les dirigían la mirada, y mas de alguno se libró de caer por admirarla, y le decían piropos lindos o tan vulgares, y ella solo sonreía.

Recuerda que Isis le comentò que ella jamás se acostaría con algún tipo, hasta que llegara al altar. Pero disfrutaba sentirse adorada, y que la veneraran, como a la diosa Isis, y que se divertía mucho al lograr que a los hombres se le subiera la calentura a la cabeza,… pero claro no a la de pensar…
Le gustaba que la trataran como reina y que le ofrecieran el oro y el moro. Còmo rieron esa noche.

Más de alguna vez pensó en copiarle el estilo a su amiga, pero no. Ella no era de ese tipo, le gustaba más acompañarse de un libro o de un amigo y tener charlas amenas, que salir de parranda.


Ya está amaneciendo y aun no llega Isis… nunca había llegado tan tarde. La llama al celular y no le contesta. Marca al celular de Ramiro, con quien Isis saldría esa noche; del otro lado la voz adormecida de él, le dice que nunca se juntó con ella, que lo dejó plantado, cuelga y se queda allí parada pensando. De pronto tocan a la puerta, dos policías, le dan la noticia…, Isis ahora es la diosa del Cielo.

Olivia López

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