lunes, 28 de marzo de 2011

Terapia de pareja ¿Para qué?

Por Francisca Vargas V


Rabia, dolor, frustración e incapacidad para manejar situaciones son algunas de las señales que emite una relación de pareja en crisis. La actitud más común, para Loreto Zelaya, especialista en terapias de pareja, es evitar las peleas.

“Tenemos mucho miedo al conflicto y creemos que estar en pareja es la gloria perfecta, que por amor nunca vamos a recibir un no por respuesta y que ese amor todo lo puede”, señala la experta sobre cómo se vive la vida con otro.



La situación empeora cuando hay hijos y la relación con ellos, también es un campo de batalla pues aparecen los temas valóricos y de personalidad. Es decir, surge un cierto descontrol en la vida cotidiana.



¿Y cuál es el paso siguiente? Lo más sano es asumir el conflicto en forma adulta buscar ayuda externa que permita, volver a conectar los canales de comunicación y descubrir que existe la voluntad de estar juntos, que hay amor y la energía de volver a mostrarse al otro sin dobleces ni apuros.



Pero cuándo es realmente el momento adecuado para pedir una atención profesional. Acá van una serie de actitudes y situaciones que se perfilan como los primeros síntomas de una relación en batalla:

-Amanecer con poca energía queriendo volar a la oficina.
-Se piensa seriamente que no se aguanta más y no se ve salida.
-Poner mala cara hasta por el más mínimo detalle.
-Sentirse rabioso y responder mal.
-Sentir que el otro no me entiende, "culpar al otro".
-Esperar en secreto que el otro adivine mis necesidades.
-Creer que no es necesario expresar lo que se siente.
-Tener una lista de quejas sobre la pareja.
-Sentir terror a la reacción del otro y su rechazo.
-No verbalizar lo que se quiere realmente.
-Sucumbir ante el llanto y creer que es una estrategia y no una expresión de rabia o dolor.
-Miedo a sentir rabia y desilusión por creer que mi relación es perfecta.
-Pensar que el amor lo puede todo, por lo tanto, la otra persona, por mi amor va a cambiar a mi manera.
-Esperar ser seducido como quiero y en el intento pierdo las ganas de jugar.
-Mantener altas expectativas de completitud y no hacer nada para alcanzarlas.
-Dejar de sentirse amado con delicadeza, ternura y seducción.
-Darse cuenta que no has hablado de tus necesidades, gustos o lo que te surge y que siempre estás transando por el otro.
-No aceptar a tu pareja tal cual es.
-Sentir que la felicidad depende de los actos de tu pareja.




Terapias de pareja


Las sesiones profesionales, detalla Loreto Zelaya, comenzarán a abrir los mundos que trae cada uno, con cariño y delicadeza, dejando atrás la adivinanza y el amor adolescente, para descubrir que el otro me quiere querer pero yo le pongo bastante limitantes.



“Esto te da un contexto de seguridad, de cariño y de respeto para descubrir los miedos y la esperanzas de cada uno. Muestras tu fragilidad sin temor y desde ahí se retoma el diálogo y la vida juntos. Aunque siempre lo más complejo de la terapia es el cambio personal”.



O dicho de otro modo, la terapia permitirá abrir las mentes hacia múltiples posibilidades de solución a un conflicto y se aprenderá a convivir en una relación de pareja que está en constante movimiento al igual que la vida de todos.



Aunque no se trata solo de hablar, también se dan tareas prácticas, se formulan objetivos y se aprende a discutir y plantear soluciones eficientes que emergen del diálogo y no de la carencia o la imposición.

1 comentario:

  1. Capacitarse en la vida en pareja, parece ser la solución, entre otras. Seguimos pidiendo que el otro cambie o se habla de tolerancia del otro, cuando debería entenderse el conflicto como aceptar al otro tal y como es.

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