domingo, 26 de diciembre de 2010

Un tema para perder el sueño.

Uno de los argumentos favoritos y más tontos de los creacionistas, es que de la Nada no puede surgir Algo… sin intervención de Alguien que está fuera del espacio y del tiempo, en la eternidad. Es tonto porque da por supuesto que es superior la existencia a la no-existencia, lo cual debería ser demostrado. Esto opina Luis González de Alba.

La pregunta clásica de Leibniz:¿Por qué hay algo en vez de nada?, presupone, como obvio, que algo es mejor que nada o, al menos, es más difícil algo, en cambio nada sería el estado “natural”. Lo cual no demuestra; pero, además, la pregunta tiene respuesta inmediata: si no hubiera nada, nadie se preguntaría el porqué no hay algo.

Hay una respuesta aún mejor, que viene de Carl Sagan y ha sido multicitada en este espacio: Si de todas formas vamos a tener que postular un Creador sin creador, que existe desde siempre, digamos que el universo existe desde siempre y nos ahorramos un paso… El universo creado a partir del Big Bang, éste en el que vivimos, podría ser, si la masa es suficiente, que detenga su actual expansión, la gravitación lo regrese y acabe en un Big Crunch como la piedra que lanzamos al aire sube, se detiene y cae.

Pero así llegamos a una duda maravillosa: si es posible un Gran Aplastón, ¿por qué habría de ser el primero? Y surge la idea de un universo en eterno latido: expansión, detención, reversa, aplastón, rebote en otro Gran Pum. Así, ¿cuántas veces? Infinitas.

La nada absoluta sería la inexistencia del espacio y del tiempo. Eso no es replicable en laboratorios, y creo que ni en la mente, pero científicos e ingenieros de la Universidad de Míchigan acaban de demostrar que es posible crear algo del vacío. Han calculado cómo se pueden producir algunos cientos de partículas.

“Creemos que esto sucede en la naturaleza cerca de los pulsares y estrellas de neutrones”, dice Igor Sokolov, quien condujo la investigación empleando un acelerador de partículas con tres kilómetros de largo, un pulso láser y un rayo de electrones de ultra-alta intensidad.

En el corazón de este trabajo, dice Sokolov, está la idea de que el vacío no es exactamente nada. Es mejor decir, siguiendo a Paul Dirac, uno de los padres de la cuántica en los años 20 y 30, “que un vacío o una nada, es la combinación de materia y antimateria, partículas y antipartículas. Su densidad es tremenda, pero no podemos percibir ni una ni otra porque sus efectos observables se cancelan por completo”.

La propuesta, fundada en matemáticas de las entonces novedosas relatividad y cuántica, fue denominada el mar de Dirac. Y dio origen a una broma entre físicos: “¿Sabes cómo se pueden cazar elefantes?... Mira, se escribe la teoría de Dirac en un cartel junto al lugar donde los elefantes van a beber agua.

El elefante, un animal de gran inteligencia, se queda tan abstraído tratando de entender a Dirac que puede uno atarlo y enviarlo al zoológico de Copenhague”. A esa ciudad en particular porque se conoce como “interpretación de Copenhague” un determinado sustento filosófico de la teoría atómica o Modelo Estándar.

Ahora bien, la aniquilación mutua puede ser fuente de otras partículas. “Durante la aniquilación se producen fotones gamma, que a su vez pueden producir electrones y positrones”, el antielectrón. Un fotón gamma es una partícula de luz con alta energía.

Con el rayo de electrones de ultra-alta intensidad, el láser y el acelerador de partículas de 3 kilómetros mencionados, el equipo de la UM ha logrado separar el vacío en sus componentes fundamentales de materia y antimateria, que a su vez generarían pares adicionales de materia y antimateria. El artículo se localiza en el News Service de la University of Michigan, http://www.engin.umich.edu.

Esto es, han creado partículas a partir del vacío absoluto, que no está nada vacío según propuesta de Paul Dirac. No es, todavía, creación a partir de la nada. Pero a’i la llevamos guiados por la luz de la ciencia: cantemos con Händel esa maravillosa parte de El Mesías que dice: Y la gente que caminaba en la oscuridad ha visto una gran luz.

Aquí la tiene usted, mi regalo por la fiesta del Sol-niño recién nacido, que en estos días ha comenzado a crecer y llegará a adulto con el solsticio de verano, en junio. Se trata de un bajo-barítono maravilloso: Teddy Tahu Rhodes: http://www.youtube.com/watch?v=9rukah9okGs

Diré una herejía: para tener esto no era necesario chamuscar a los herejes, pero… puesto a elegir me quedo con esta aria, el Rex del Réquiem de Mozart y el final y el aria para contralto de La pasión según san Mateo, de Bach.

Y les iba a contar de cómo produjeron ratones con dos padres y otros asuntos de repulsiva biología que no toma en cuenta el “marco socio-económico”, pero me desanima que nadie se va a enojar porque se andan asoleando.

Para una aproximación a ese mar de Dirac, pídale a los Santos Reyes Maravillas y misterios de la física cuántica, Cal y Arena, 2010.

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