miércoles, 17 de noviembre de 2010

Los vibradores no excitan a los consumidores.

Las ventas de los juguetes eróticos están en picada en todo el mundo, dejaron de interesar a los consumidores. Los Sexshop están repletos de instrumentos, vestimentas sexis, películas XXX, perfumes, cremas, látigos, ropa negra de cuero. Pero los clientes potenciales, básicamente los adultos, han dejado de interesarse en adquirir algo para divertirse o mejorar sus relaciones sexuales.

La consigna del Siglo XXI es: el orgasmo es de quien lo trabaja. El onanismo gana millones de adeptos por todos lados, es gratis, divertido y no contagia enfermedades venéreas.

No está el mercado para juguetes eróticos. Al menos, en lo que a la experiencia de Philips se refiere. La firma de electrónica ha visto fracasar una línea de masajeadores íntimos para hombres y para mujeres que lanzó en 2008 en Reino Unido, España y Alemania y ha decidido abandonar el negocio una vez se acaben las existencias.

Todos con cinco niveles de intensidad y cuatro modos de vibración, en la gama había varios modelos: el Warm Intimate Massager, con los puntos de vibración repartidos de forma que podían acariciar distintas zonas erógenas al mismo tiempo, y el Dual Intimate Massagers, compuesto por dos unidades, que quedaba ajustado y vibraba de diversas formas. La compañía lanzó incluso una tercera versión con velas para crear una atmósfera más romántica.

Pero el mercado -siempre soberano, a veces caprichoso, y difícilmente predecible-, ha dicho que no. Philips se había basado en un estudio que señalaba que el 35 por ciento de los adultos se plantearía utilizar uno de estos artilugios con su pareja si fueran diseñados para dos en lugar de para uso individual.

"Lo hemos probado en el Reino Unido y nuestra conclusión es que no va a ser un producto muy exitoso, así que Philips no va a apostar por ahí", ha explicado el presidente ejecutivo de la multinacional holandesa, Gerard Kleisterlee. Los masajeadores llegaron a España en diciembre de 2008, a centros comerciales como El Corte Inglés, Hipercor o Carrefour, y seguirán en las tiendas hasta que se acaben las existencias.

Kleisterlee ha explicado que es este producto es un ejemplo de proyecto "incubadora", que se prueba en el mercado, y ha destacado "coraje" de introducirse en segmentos nuevos y muy diferentes a su negocio tradicional.

El proyecto es, en cualquier caso, un buen ejemplo de la revolución que Philips ha llevado a cabo en los últimos 10 años. La empresa, nacida en el siglo XIX como fabricante de bombillas y pionera junto a Sony en el lanzamiento de los CD en los 80, ha dejado a tras una etapa vinculada a la electrónica básica para centrarse en tres áreas: alumbrado, aparatos domésticos y el área de salud y bienestar.

El sexo y su práctica seguirá siendo algo para disfrutar con el único órgano especializado para ello: el cerebro.

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