jueves, 16 de septiembre de 2010

Un don nadie quería ser alguien.

Hace treinta años un sujeto llamado Mark David Chapman, esperó pacientemente a las puertas del edificio de departamentos donde vivía John y le descargó su pistola en el cuerpo. Murió, por supuesto, un ícono de la música de los años setentas: John Lennon.

La fecha fatídica fue el 8 de diciembre de 1980.

Hoy treinta años después, el homicida de Lennon declara a la prensa: "Pensé que matándolo me convertiría en alguien", ese es el sueño de muchos americanos, que no padecen de sus facultades mentales, no son locos, sino que simplemente desean tener sus 15 minutos de gloria.

Chapman se comprobó en su momento que no estaba trastornado de su mente, ni mucho menos, solo quería ser famoso.

Hoy reveló que tenía una lista de celebridades dignas de ser asesinadas por él, y que le reportarían una súbita fama pública, por ejemplo menciona el nombre de la bella Elizabeth Taylor, y otros destacados personajes populares de aquella nación.

Esa es la "locura americana" aspirar por cualquier vía a la fama y a la celebridad.

2 comentarios:

  1. ¿Crees que esta necesidad de los gringos por "ser vistos" a cualquier precio, venga de alguna carencia o deficiencia afectiva desde sus raíces familiares o sociales?

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  2. Ser alguien tendría que ser importante para uno mismo. Ser alguién para si mismo. ¿Me explico? Esa es la postura sana.

    Una persona que llega a esos extremos en su afan de notoriedad tiene que tener un serio desorden de personalidad.

    Leo tu comentario y esa pregunta que haces sobre las carencias y deficiencias afectivas. Son esas ausencias de estímulos positivos como la atención y el afecto las que forman un ser que no se siente adecuado. Un ser cuya falta de autoestima puede revertirse en conductas sociopáticas. Ya podrían muchos hombres y mujeres abstenerse de procrear si no pueden ofrecer una crianza digna a otro ser.

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