martes, 10 de agosto de 2010

Un Casanova del siglo XXI.

El Pata Negra es el bar de moda actualmente en la colonia Condesa, situado muy cerca del Parque México, se caracteriza porque en él se dan cita los jueves, viernes y sábados, grupos de mujeres sólas, mujeres mayores de cuatro décadas. El ligue es lo que motiva a esas bellas y ejecutivas damas, para irse a apoltronar en la barra del bar, en espera de los posibles galanes que también llegan a ligar "lo que caiga".

Lo que depara la noche, o la madrugada, a esas guapas mujeres añosas, es siempre la aventura de con quien dormirán esa noche, y después comentar con las amigas sus triunfos efímeros, sus amores "eternos" de una semana al menos, de las promesas que les hacen esos hombres curtidos en las conquistas salpicadas de alcohol.

En uno de esos grupos que frecuentan "El Pata Negra", se distingue una mujer de cincuenta años, bonita, elegante, culta y buena conversadora. Ella se llama Rocío, pero le dicen sus amigas "Chío", de cariño. La Chío no falla ningún día en asistir al bar, tiene su lugar reservado para ella y sus amigas cercanas.

Cuando una noche de viernes apareció Juan Luis, acompañado de dos amigos más, ambos magos, se obstinaron en penetrar al círculo de amigas de la Chío, con el viejo truco de hacerles magia, sacándose flores de la manga e incendiando papeles de colores, lo que siempre impresiona a las mujeres con tres tragos adentro.

Las risas denotaban que las amigas de La Chío, y ella misma, estaban divertidas con esos magos simpáticos y graciosos, que al final pagarían la enorme cuenta de ellas.

Muy avanzada la noche, Juan Luis decidió que él conquistaría a La Chío con otros recursos, se puso a cantarle al oído las viejas melodías que tocaban en el bar un grupo de trovadores románticos.

Ya entrados en los clásicos juegos de miradas lujuriosas entre Juan Luis y La Chío, ella le dijo al oído:-"¿Te parece que vayamos a la casa y hagamos el amor, una madre y su hija contigo"? Juan Luis sintió que sus hormonas se alborotaban al máximo, la erección fue inmediata solamente de imaginarse la escena de la Chío y su hija con él, los tres desnudos en una orgía fenomenal.

Se fueron en el auto de él, ella siempre llegaba al bar en taxi, por si las dudas. Juan Luis se enfiló a la casa de La Chío que vive a unas cuantas cuadras de distancia del bar, se bajaron ambos del auto y La chío abrió la puerta de su casa, y entrando gritó fuertemente: "Mamá, ya llegamos, te traigo un caballero hermoso".

De pronto apareció en el vestíbulo de la casa, una anciana de ochenta años, con una bata transparente, dispuesta al amor con el pasmado Juan Luis. La erección de Juan Luis desapareció de inmediato, fingió un mareo súbito y vomító ahí mismo, en los piés de las dos mujeres. Salió despavorido de la casa de La Chío, sintiéndose burlado y ofendido, Juan Luis jamás volvió al ""Pata Negra"...

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