martes, 27 de julio de 2010

Baile sin maestro.

La antropología nos puede aportar pruebas sobre la existencia de la danza en épocas prehistóricas, danzas rituales, siempre asociadas a ritos de fertilidad y de conexión con el cósmos, y seguramente no tenían que pasar por una academia de baile los hommo sapiens para poder bailar.

El baile es algo natural en el ser humano, es una necesidad vital, basta un tambor o cualquier objeto que suene para que se extraiga de él un ritmo y los humanos se muevan acompasadamente.

En resumen: el hombre ha bailado toda la vida, y no han necesitado maestros o academias para danzar en estados de éxtasis.

El baile es tan natural en el ser humano, que hasta los gringos o los alemanes, son capaces de moverse ante una cumbia o una salsa sabrosa.

El bailar satisface varias necesidades en los grupos culturales del mundo, ofrendar a la naturaleza para que llueva, para que las cosechas se den, para que no falte la pesca o la cacería, para que nazcan más niños, para casarse, para pelear con otros grupos rivales.

La existencia moderna de academias de baile o escuelas, es simplemente un argumento para que la gente conozca a otros en el contexto del baile o de una clase, y claro aprendan a moverse de acuerdo a un esquema rígido y muy elaborado de pasos y vueltas.

Piensen por un momento en las escuelas de samba, danzón y tango, que son para cumplir con las expectativas de querer bailar de una forma "perfecta", y solamente pueden hacerlo con una pareja que participa de la misma escuela.

Si se van a dedicar a dar espectáculo de baile, cualquiera que este sea, está correcto alcanzar la maestría en danza y ser puristas en la técnica.

Pero si solamente desean mover el cuerpo al ritmo que escuchan, no vayan a ninguna escuela de baile, les van a cancelar su espontaneidad o los volverán rígidos e incompetentes para bailar fuera de ese contexto de escuela.

La seducción también ocurre en las escuelas de baile, nada más que en ellas las reglas de la seducción juegan diferente. Los principiantes se "enamoran" de sus maestros, porque bailan "perfecto", eso es muy seductor. Lo que los seduce es el arte y no la persona. En cambio, es difícil que un par de principiantes se "enamoren" a las primeras de cambio.

Afortunadamente hay millones de personas en el mundo que bailan sin necesidad de asistir a una escuela que les enseñe eso que es natural en el ser humano.

Es interesante ver shows de baile, cuando los que lo practican son expertos y con mucha técnica, pero lo más importante resulta observar es cuando los que bailan sienten la música y el baile como algo natural, no como una técnica fría y perfecta que no dice nada.

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