domingo, 6 de junio de 2010

Menos muertos, igual locura.

Derrick Bird (pájaro), el taxista de cincuenta y dos años, inglés, en realidad solamente mató a doce personas e hirió a once más. En mi artículo anterior afirmaba que los muertos eran veinticinco, pero ese era el total de víctimas entre heridos y muertos.

La otras precisión importantes es que Derick Bird, mató a su hermano gemelo, David, y al abogado de la familia, Kevin Commons, y el resto de los muertos también eran sus conocidos, algunos taxistas colegas suyos y a empleados de una central nuclear donde trabajó antaño.

Se dice que Bird tenía serios problemas con el fisco y que temía ir a la cárcel por ello y que esperaba (ansiaba)la muerte de su madre anciana para poder heredar y pagar sus deudas con Hacienda.

Todo estos aparentes motivos de una gran matanza, no son suficientes para explicar el "pasaje al acto" cometido por Bird, en un acto de locura total. Muchos ciudadanos en el mundo tienen problemas fiscales y no andan por la ciudad disparando a diestra y siniestra como locos, al estilo de el taxista Bird.

Por último el término que se aplica a los que cometen crímenes por locura, se le denomina "inimputables", porque no pueden ser juzgados como seres cuerdos por el tipo de acción cometida que lesiona a la sociedad entera. Por esto, se les interna en los manicomios o psiquiátricos para que purguen sus penas corporales.

De cualquier modo la sociedad (la familia) genera ciertas patologías en sus individuos, fomentando el uso de la violencia al permitir la compra de armas de fuego como si fueran frutas o verduras.

La sociedad entera se sorprende y se alarma por lo ocurrido, ahora en Inglaterra, pero la locura es el tema a estudiar, no a esconder bajo la alfombra.

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