viernes, 2 de abril de 2010

Sexo, músculos y pornografía.

En la era posmoderna dominada por un sector de jóvenes varones, que ya constituyen un ícono de esta sociedad urbana, que son los llamados METROSEXUALES, que no hay que confundirlos con esos jóvenes acosadores sexuales que se suben al Metro a manosear mujeres. No, los jóvenes METROSEXUALES reciben esta denominación por ser habitantes de grandes metrópolis y que están preocupados y ocupados por su aspecto físico, obviamente le tienen terror a la idea de envejecer, por ello son eternamente juveniles.

Los METROSEXUALES desean tener un cuerpo físico perfecto, para ello no fallan al gimnasio al menos los cinco días hábiles de la semana y efectúan ejercicios por más de tres horas diariamente. La visita al GYM incluye además: masajes anti-estrés, sauna, turco, jacuzzi y mascarillas faciales de productos orgánicos. Y las indispensables charlas con otros METROSEXUALES para compartir recetas de comida sana, medicamentos y complementos vitamínicos, además de los consabidos esteroides para crear mayor masa muscular. La visita al GYM permite observarse largas horas frente a los múltiples espejos enormes que cubren los muros de esas instalaciones. Hay un cierto narcisismo desbordado, que no se llena con nada.

Estos jóvenes METROSEXUALES están convencidos que para ligar y llevar a la cama a una dama es indispensable tener un bello cuerpo, físicamente musculoso, y que el resultado está garantizado bajo las sábanas. Falso.

Hacer el amor no tiene nada que ver con el cuerpo físico, sí interviene pero no de la forma que todos ellos piensan, la sensualidad no se adquiere en el gimnasio. Finalmente una imponente masa de músculos es un fiasco a la hora de la verdad, lo imponente se torna en impotencia o eyaculación precoz. El fracaso es estrepitoso para esos egos inflados, que además ya ingirieron sus respectivas pastillitas azules de VIAGRA para lograr un mejor desempeño, como si se tratara de una competencia deportiva. Gran error.

Lo único que no cultivan los METROSEXUALES es el amor, que es la base de una sexualidad sana, pero no basta amarse asimismos con esa dedicación obsesiva de los METROSEXUALES porque eso es algo tóxico para una mujer con una sexualidad sana.

La frase o el eslogan de los METROSEXUALES es el siguiente: MI tiempo y MI dinero son solamente para producirme placer, no lo comparto con nadie, nadie se lo merece.

Si los METROSEXUALES salen con una chica, es preciso advertirles de antemano que los gastos corren en cuentas separadas, cada quien se paga sus gustos y consumos.

Como el sexo está en crisis es menester encontrar un paliativo o un nirvana, por ello se llega alegremente a la pornografía, como un sucedáneo para la impotencia y la frigidez.

La pornografía cinematográfica, es igual que ir al gimnasio, son sólo repeticiones de los mismo, no hay novedades, por eso con facilidad se llega al hastío o al aburrimiento de la pareja.

Este es el sexo sin salida, el sexo equivocado: músculos, pornografía y frustración.

No hay comentarios:

Publicar un comentario