martes, 2 de marzo de 2010

La otra naturaleza del hombre.

El ser humano responde a dos naturalezas, la del reino animal y la de la cultura. Recordemos la distinción entre razón e inteligencia. También en el reino animal se da la inteligencia. Un chimpancé puede aprender por experiencia a alcanzar los plátanos y así demuestra una conducta inteligente.

La inteligencia actúa ahí donde se producen instrumentos. La inteligencia animal se extiende a los medios, pero los fines están dados por los instintos. La razón, a diferencia de la inteligencia o del entendimiento, tiene la capacidad de diponer lo que concierne a los fines. Y eso presupone una relación consigo mismo, relación que posibilita la distaqncia ante dicho sí mismo y, en consecuencia, la posibilidad de ver en su conjunto la relación entre medios y fines.

La razón actúa cuando el saber no solo acompaña a la voluntad, sino que la produce: cuando se da la capacidad de establecer fines a largo plazo, unos fines para los que es preciso movilizar la voluntad. Para ello es necesario salir de sí, ir más allá de sí mismo.

Por lo tanto, la carrera del hombre como ser racional comienza con el primer paso de la salida de sí mismo, con el acto de trascender. el animal que trasciende, elhombre, goza de la orgulloosa distancia con la que mira todo: a la vez que nota que, si bien es capaz de salir de sí mismo, sin embargo, no puede escapar del mundo animal, su primera naturaleza.

Diremos que el hombre es un animal no fijado. Es un producto fabricado a medias, un ser que no está completamente acabao, sinmo que ha de completarse todavía y , para ello, posee la notable facultad de compensar los defectos naturales con habilidad e inteligencia.

El hombre es un ser deficiente porque, en comparación con el resto del reino animal, su dotación instintiva es insuficiente para sobrevivir. El bebé humano requiere de un tiempo prolongado para poder ser autosuficiente en su cuidado y alimentación, el resto del reino animal, no.

El hombre no puede confiarse a sus instintos, tiene demasiadas opciones. Hay en él poca coacción y demasiada libertad. Dado que la naturaleza lo ha dejado estancado, ha tenido que hacerce cargo él mismo de su evolución para poder sobrevivir.

Por naturaleza, el hombre está abocado a lo artificial, o sea, a la cultura y la civilización. Así pues, el animal no fijado engendra la segunda naturaleza cultural por cuento configura su naturaleza mediante la cultura.

En el reino de la fantasía el hombre siempre ha ido un poco más allá, y siempre ha anticipado y ejercitado imaginariamente su segunda naturaleza. Por ejemplo, emprendió los primeros intentos de vuelo en la religión, en la metafísica y en los cuentos.

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