martes, 2 de marzo de 2010

El mal del siglo XXI.

Así como el SIDA fue considerado el gran mal del siglo XX, la depresión será la enfermedad más preocupante del siglo que vivimos. Millones de personas en todo el mundo padecerán los teribles efectos de la depresión y estarán sometidos a una medicación de largo plazo, para controlar ese estado de ánimo tan peculiar.

En el campo de la psiquiatría se han propuesto poner a la persona mentalmente enferma en contacto con la realidad. Si la ruptura con la realidad es grave, es decir, si el paciente no está orientado en la realidad del tiempo presente, del espacio o de la identidad personal, se ha despersonalizado, su condición clínica se describe como psicótica.

El psicótico sufre delirios que distorsionan su percepción de la realidad, tiene alucinaciones y escucha voces en su cabeza.

Cuando la distorsión emocional no es tan grave, se llama neurosis. La persona neurótica no está desorientado, su percepción de la realidad no está distorsionada, pero su concepción de la realidad es defectuosa; opera con ilusiones y su funcionamiento no está aterrizado en la realidad. Porque sufre de ilusiones, el neurótico se considera mentalmente enfermo.

Sin embargo, tratar de hacer und iagnóstico valedero del neurótico no es un asunto sencillo de resolver. Resulta difícil determianr qué creencias son ilusorias y cuáles reales. No es raro encontrar que la persona que presume de ser muy realista, sea también, en el fondo, un iluso.


No existe perturbación emocional que a la vez no sea física. La persona que está deprimida, lo está tanto física como mentalmente; ambas cosas son en realidad una sola, pero cada una responde a un aspecto diferente de la personalidad.

El término apropiado para describir los desórdenes de la personalidad: es enfermedad emocional. El término emoción quiere decir movimiento y por lo tanto tiene una connotacipón física y mental. El movimiento se da en el plano físico, pero la percepción se da en el plano mental. Una perturbación emocional implica a ambos niveles de la personalidad.

Y como es el espíritu el que mueve a la persona, el espíritu está también involucrado en todo el conflicto emocional que perturba al individuo.

La persona deprimida ha perdido el sentido de su vida. La pérdida de ese sentido de la existencia es el problema clave del hombre moderno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario