domingo, 28 de marzo de 2010

La felicidad del placer.

El sexo estuvo aprisionado por largo tiempo; la sociedad patriarcal, puritana, hipócrita y rígida, era su fiel guardian. Cuando cayeron esas ataduras con la píldora anticonceptiva, por fin había una relación pura de toda pureza, un encuentro que no servía a otro propósito que el del placer y el goce. Un sueño de felicidad sin ataduras, una felicidad sin temor a efectos secundarios y alegremente despreocupada de sus consecuencias: la encarnación misma de la libertad.

Está bien, y quizá sea incluso excitante y maravilloso, que el sexo se haya liberado hasta tal punto. El problema es cómo sostenerlo en su lugar una vez que le hemos quitado el contrapeso, cómo hacer que no se salga de su cauce cuando ya no existen frenos al sexo.

Volar liviano produce alegría, volar a la deriva es algo angustiante. El cambio es embriagador, la volatilidad es preocupante.

¿ La insoportable levedad del sexo ?

Todas las formas de relaciones íntimas que se encuentran de moda ahora, llevan la misma máscara de falsa felicidad que en otro tiempo llevó el amor marital y luego el "amor libre".

Cuando retiramos esa falsa máscara de felicidad, nos encontramos con anhelos insatisfechos, nervios destrozados, amores desengañados, heridas, miedos, soledad, hipocresía, egoismo y repetición compulsiva, puras rutinas aburridas entre ellos.

Todos se preocupan obsesivamente por alcanzar un buen rendimiento en el sexo, porque con esa vara serán medidos implacablemente. Ellas no quieren aparecer como frígidas y ellos como impotentes. Por eso piensan equivocadamente, que la clave de ese miedo se resuelve con un buen físico, un buen cuerpo atlético, con el fisiculturismo elaborado en cientos de horas de gimnasio y una buena ingesta de suplementos vitamínicos y esteroides.

Preocuparse por el rendimiento bajo las sábanas no deja ni lugar ni tiempo para el éxtasis. El camino de la perfección física no conduce hacia la metafísica. El músculo crece y el cerebro se encoge.

El poder seductor del sexo solía emanar de la emoción, el éxtasis y la metafísica, pero el misterio ha desaparecido y, por lo tanto, los anhelos sólo pueden quedar insatisfechos.

Cuando el sexo significa solamente un evento fisiológico del cuerpo y la "sensualidad" no evoca más que una sensación corporal placentera, el sexo no se libera de sus cargas superfluas, inútiles y agobiantes. Muy por el contrario, se "sobrecarga". Se desborda sin ninguna expectativa que no sea la de simplemente "cumplir" con el otro, ni siquiera consigo mismo.

Cuando los amantes posmodernos tienen una cita sexual, lo primero que hacen previamente son ejercicios de gimnasio, después se van al SPA a los masajes antiestrés y las respectivas mascarillas refrescantes, y, por último, se toman sus dósis autorrecetadas de VIAGRA, CIALIS o cualquier otra pócima milagrosa en contra de la impotencia o la eyaculación precoz.

Si los varones consiguen mantener una erección de más de diez minutos, se consideran súperhombres y pueden ufanarse de ello con sus amigos.

Hay mucha presión para poder cumplir con los estándares que quién sabe quién estableció para hombres y mujeres; fallar en eso es motivo de grandes depresiones e inclusive son motivo para el suicidio.

sábado, 27 de marzo de 2010

Atracción sexual.

El esquema actual de la sexualidad se caracteriza por un anhelo de fusión completa a través de una ilusión de unión.

En el siglo XX, el sexo y su función era preponderantemente reproductiva, hasta que se inventó la pildora anticonceptiva en los años sesentas. Ahí empezo el descubrimiento del placer sexual, desligado de la función de engendrar un hijo. Este ha sido el mejor aporte a la liberación femenina en el mundo occidental.

Los hombres y las mujeres de la era posmoderna buscan exactamente lo mismo: la unión, para escapar de la soledad que sienten o temen sentir. La ilusión se genera necesariamente entre un hombre y una mujer, ya que la unión alcanzada durante el breve instante del orgasmo deja a la pareja tan alejados como lo estaban antes, de tal manera que sienten su extrañamiento aún más profundamente que antes.

El orgasmo, llamado también como: "la muerte chiquita", es un placer intenso pero efímero, que no acerca sino que separa a los amantes, y eso da angustia por la posibilidad de la pérdida del otro. Al cumplir ese rol, el orgasmo sexual cumple una función no demasiado diferente del alcoholismo o la adicción a las drogas. Como esas adicciones, el orgasmo es algo intenso pero transitorio y brevísimo.

La unión es ilusoria y la experiencia está condenada finalmente a la frustración, porque esa unión está desligada del amor.

Hoy el sexo es el epítome mismo, y quizá el arquetipo secreto y silencioso, de la relación pura, se ha convertido en el modelo predominante, en la meta ideal de las relaciones humanas. Actualmente se espera que el sexo sea autosuficiente y autónomo, que se sostenga sobre sus propios pies.

El orgasmo es de quien se lo trabaja, nadie le produce un orgasmo al otro, cada quien procura alcanzar el suyo, a costa del otro o a pesar del otro.

No es raro, entonces, que su capacidad para generar frustración y para exacerbar esa misma sensación de extrañamiento que supuestamente debía sanar hayan crecido enormemente. La victoria del sexo en la gran guerra de la independencia ha sido, a lo sumo, una pobre vistoria.

El sexo esa pócima maravillosa parece que está produciendo más dolores que placeres prometidos.

El sexo en la era de la posmodernidad es el eje de los problemas emocionales de millones de seres humanos, que buscan desesperadamente una "medicina milagrosa" que corrija sus defectos sexuales: impotencia, eyaculación precoz, frigidez, etcétera. Pues ya se inventó accidentalmente EL VIAGRA, esa famosa pastillita azul que ayuda a levantar penes flaccidos.

A todo problema humano, se le puede encontrar un medicamento milagroso, salvador.

Hoy los jóvenes son los principales consumidores de viagra, desplazando a los varones viejos e impotentes, que si lo necesitan con urgencia.

Este es el mundo moderno que nos ofrece panaceas a todo problema emocional o físico.

Ya se está investigando la producción de un !!VIAGRA FEMENINO¡¡

Esto es el colmo de la medicalización de la sociedad posmoderna.

Los viejos y las jóvenes.

Sucede muy a menudo que un hombre, viudo o divorciado, que supera los cincuenta años de edad, quiera pretender el conseguir una mujer o compañera joven. Caso contrario sucede con las mujeres que rebasan el medio siglo, ellas no se quieren involucrar con varón alguno, y mucho menos con un joven o adolescente. Los varones y las mujeres actuan de modo diferente a lo largo de la vida, en relación con la pareja y el amor.

Los hombres maduros que desean tener como compañera de vida a una jovencita, puede provocar variadas emociones en ellas. Pero generalmente los hombres viejos: o dan dinero, o dan lástima, o dan asco. Existen mujeres jóvenes que se unen a hombres viejos por razones estrictamente económicas, aunque no debe descartarse que se pudiera dar un enamoramiento o admiración intelectual.

En Europa, principalmente en España, se dan los casos patéticos de hombres mayores que solicitan a través del periódico o de la Red, mujeres jóvenes para contraer matrimonio, y obtienen respuestas positivas de mujeres provenientes de países de América latina y del Caribe, quienes así aseguran una vida más cómoda al trasladarse a radicar a España.

En muchos casos esas relaciones matrimoniales solamente sirven para regularizar a las mujeres extranjeras una situación migratoria que les permita trabajar y residir en Europa, y concluyen con un rápido divorcio o separación.

Lo interesante de este fenómeno, es que los hombres después de los cincuenta años, están dispuestos a experimentar nuevas relaciones afectivas, rompiendo con matrimonios de varios años, como queriéndose dar una segunda oportunidad amorosa en la vida, esto obedece a los cambios que implica una mayor esperanza de vida.

Estos hombres viejos son muy activos en los sitios de encuentro que existen por millares en La Red, y siempre obtienen respuestas efectivas de mujeres de condición económica precaria, ya sean nacionales o extranjeras.

A nivel global es notoria la precarización de las condiciones materiales de millones de mujeres, por esa razón la salida matrimonial puede constituir una alternativa real para modificar su condición socioeconómica.

Obviamente, las relaciones dispares entre hombres viejos y mujeres jóvenes, reproducen un esquema machista de dominación y subordinación de la mujer, por razones económicas, fundamentalmente.

Entonces el panorama actual reporta elevados índices de divorcios en una población que supera los cincuenta años de edad, pero almismo tiempo hay una tendencia a contraer nuevas núpcias entre ese sector de varones de la tercera edad.

La posibilidad de formar nuevas familias es muy alta, esas parejas aspiran a tener hijos, cuando su tiempo es de ser abuelos, al menos el tiempo del varón mayor.

Estos cambios demográficos se irán haciendo comunes en la medida que sigan aumentando los niveles de esperanza de vida, sobre todo en las ciudades de los países desarrollados y emergentes también.

viernes, 26 de marzo de 2010

Hijos: objeto de consumo emocional.

Los objetos de consumo sirven para satisfacer una necesidad, un deseo o las ganas del consumidor. Los hijos también. Los hijos son deseados por las alegrías del placer paternal que se espera que brinden, un tipo de alegría que ningún otro objeto de consumo, por ingenioso y sofisticado que sea, puede ofrecer.

Para desgracia de los grandes y pequeños, y obsesivos, consumidores de bienes y servicios, el mercado no es capáz de ofrecer sustitutos válidos, si bien ese desconsuelo se ve al menos compensado por la incesante expansión que el mundo del comercio gana con la producción y mantenimiento de los hijos en sí.

Cuando los compradores van al mercado, la satisfacción esperada tiende a ser medida en función del costo: se busca una relación "costo-beneficio". Los hijos son una de las compras más caras que un consumidor puede permitirse en el curso de toda su vida. En términos puramente monetarios, los hijos cuestan más que un lujoso automóvil último modelo, un crucero alrededor del mundo e, incluso, más que una mansión de la que uno pueda jactarse. Lo que es peor, el costo total probablemente aumente a lo largo de los años y su alcance no puede ser fijado de antemano ni estimado con el menor grado de certeza.

En un mundo moderno que ya no es capaz de ofrecer caminos profesionales confiables ni empleo fijos, con gente que salta de un proyecto a otro y se gana la vida a medida que va cambiando, firmar una hipoteca con cuotas de valor desconocido y a perpetuidad implica exponerse a un nivel de riesgo muy elevado y a una prolífica fuente de miedos y ansiedades. Uno tiende a pensarlo dos veces antes de firmar cualquier contrato de largo plazo.

Por otra parte, en nuestros tiempos, tener hijos es una decisión, y no un accidente, circunstancia que agrega ansiedad a la situación de hoy. Tener o no tener hijos es probablemente la decisión con más consecuencias y de mayor alcance que pueda existir, y por lo tanto es la decisión más estresante y generadora de tensiones a la que uno pueda enfrentarse en la vida.

Es más, no todos los costos son económicos, y aquellos que no lo son directamente no pueden ser evaluados o calculados en absoluto. Armar una familia es como tirarse de cabeza a las aguas profundas y desconocidas.

Tener hijos implica sopesar el bienestar de otro, más débil y dependiente, implica ir en contra de la propia comodidad. La autonomía de nuestras propias preferencias se ve comprometida una y otra vez, año tras año, diariamente. Tener hijos puede significar tener que reducir nuestras ambiciones profesionales, sacrificar nuestra carrera. Lo que es más doloroso aún , tener hijos implica aceptar esa dependencia de lealtades divididas por un período de tiempo indefinido.

Ese compromiso puede despertar una experiencia traumática. La depresión posparto y las crisis contínuas de los matrimonios después de los partos de los hijos parecen ser dolencias típicas de esta era de los amores líquidos, así como la anorexia, la bulimia e innumerables formas de alergias nuevas.

Las inmensas alegrías de la paternidad vienen en un solo y único paquete con todos los sinsabores del autosacrificio y el temor constante ante peligros desconocidos.

La vida real tiene de todo, dolor, alegría, tristeza y felicidad.

jueves, 25 de marzo de 2010

!! Cuando los hijos trabajaban ¡¡

Hubo épocas en la antiguedad en las que los niños eran productores y contribuían al sustento de la familia paterna. En esas épocas, la división del trabajo y la distribución de los roles familiaresa se superponían. El niño debía unirse a la empresa familiar, hacer unaporte a la fuerza de trabajo del taller, la granja, la mina, etcétera.

Y por lo tanto, en esas épocas en las que la riqueza era resultado del trabajo colectivo, la llegada de un hijo traía la esperanza de mejorar el bienestar familiar, por supuesto que la alegría era mayor sí el hijo recién llegado era varón.

Quizá los niños eran tratados con dureza y severidad, pero también el resto de los trabajadores recibían el mismo trato. En esas épocas no existía la idílica etapa de la infancia: niños jugando y consentidos por sus padres, llenos de regalos innecesarios. Esto de la infancia es un invento reciente, antiguamente los niños pasaban rápidamente a la vida adulta con muchas responsabilidades, entre ellas las económicas.

No se esperaba que el trabajo brindara satisfacción y placer al trabajador: la idea de "satisfacción laboral", aún no se había inventado. Y por lo tanto los hijos eran, a los ojos de todos, una excelente inversión económica, así que mientras más hijos tuviera una familia, más ricos eran.

Tener una prole numerosa era una auténtica bendición de los dioses, además en esa época los niños se morían a edades muy tempranas por enfermedades y desnutrición, pero eran rápidamente sustituídos por otros.

En la sociedad moderna el hecho de tener una familia numerosa se puede considerar como una amenaza a la economía familia o una maldición, o ambas cosas.

Hubo épocas, cuando la fortuna familiar pasaba naturalmente de generación en generación, en que los hijos constituían un puente entre la mortalidad y lainmortalidad, entre la vida individual, desgraciadamente muy corta, y una anhelada duración infinita a través del linaje familiar.

Morir sin hijos implicaba NO construir ese puente jamás, entre la mortalidad y la inmortalidad. La muerte de un hombre sin hijos, implicaba ni más nimenos que la muerte d eun linaje: haber descuidado la mayor de las responsabilidades, dejar incumplida la tarea mas imperiosa.

El hecho de que cualquiera de nosotros desee tener un hijo, o varios, esconde el secreto anhelo de inmortalizar a esa familia de la cual uno procede, legando unos apellidos y una fortuna si la hay.

Muchas parejas modernas que se plantean desde el principio unirse bajo la condición de no tener hijos, lo hacen bajo el criterio único de la economía: "Es muy caro tener un hijo". "Nos priva de tener un buen auto, una buena casa y vacaciones". "Su educación nos costaría una fortuna, si ahora los kinder cobran como si fueran cuotas universitarias".

Un hijo, dicen algunas parejas, es un barril sin fondo, es una inversión a fondo perdido, no es negocio, no es rentable, etcétera.

Y en Europa, que la cuestión de la natalidad ha descendido peligrosamente, se han tenido que tomar medidas gubernamentales que alientan la maternidad, ofreciendo subsidios por cada hijo.

No hay niños en Europa, se cierran las escuelas de educación inicial, los parques y áreas infantiles no se ocupan, hay menos niñeras.

Los viejos ocupan los parques para asolearse todos los días...

miércoles, 24 de marzo de 2010

¿Cómo ser guatemalteco?

Después de haber vivido 45 años en México, en donde pude experimentar mil cosas bellas y pocas cosas feas, no tengo más que mi agradecimiento y amor a ese gran país, que también es mio.

El volver a Guatemala, mi otra patria, para dedicarme a la literatura de tiempo completo, como siempre lo soñé, implica un reencuentro con la patria de mi padre, y con el país de mi infancia y adolescencia. Esto no ha sido nada fácil y tampoco una ruta exenta de sorpresas. No acabo de entender mi nueva patria, me cuesta mucho racionalizar mi relación con Guatemala, cuando es una relación básicamente sentimental, afectiva.

Me siguen doliendo las injusticias y las desigualdades sociales que dejé en 1964, observo que hemos avanzado muy poco en términos de solidaridad social.

Me hiere la conciencia ver la pobreza extrema de mis compatriotas indígenas y campesinos.

Quiero contribuir en algo con mis conocimientos intelectuales, que estoy dispuesto a ponerlos al servicio de los demás, de los otros, de los condenados de la tierra.

Sigo con amoroso empeño el recorrido necesario para integrarme a la patria chapina, me llevará tiempo pero quiero experimentar esa felicidad de encontrarme nuevamente con mis paisanos.

!Vamos partria a caminar¡ dijo un querido compañero poeta de mi generación.

La decadencia del varón.

Desde hace más de cien años, la figura masculina, y sobre todo la imagen paterna, a entrado en un franco declive. El mundo moderno ha cambiado las estructuras patriarcales poco a poco, esto no ha sido una concesión graciosa de los varones en favor de las mujeres, ha sido el resultado de una larga lucha de las mujeres acompañadas de algunos hombres feministas.

Los hombres nos hemos empezado a sentir inútiles frente a las mujeres liberadas de las tutelas masculinas y de las dependencias económicas. Faltan mayores cambios es algo indudable, pero la lucha feminista continúa.

Existe un terreno delicado en el cual también la presencia masculina es poco menos que simbólica, que es en el terreno de la procreación. Muchas mujeres modernas deciden por cuenta propia ser madres sin el concurso de los varones.

Los médicos compiten fuertemente con los varones para ver quien es más importante en el drama de la procreación. El resultado de esa contienda está asegurado: no sólo gracias a lo que la medicina puede hacer, sino gracias a lo que los alumnos y discipulos de la escuela del mercado de la sociedad de consumo esperan y desean que la medicina haga. Hay un enorme avance en lo que se denomina: "Fertilidad asistida" e "Inseminación artificial", "reproducción in vitrio", etcétera.

La cautivante perspectiva que nos espera a la vuelta de la esquina es la posibilidad de "elegir un hijo por catálogo", eso si de un extenso repertorio de atractivos donantes de sémen, tal y como los consumidores contemporáneos están acostumbrados a comprar a través de Internet o por el correo, porqué no adquirir así un hijo en el momento en que ella se decida. Para eso existen los "Bancos de Sémen" en todo el mundo moderno.

El aumento acelerado de mujeres que deciden voluntariamente ser madres solteras, donde no inquieta la ausencia de un "padre" para ese hijo deseado por ella solamente, marca una tendencia muy fuerte en el mundo occidental e industrializado. Estas mujeres con independencia económica y un desarrollo personal admirable, desean ser madres en edades superiores a los treinta y cinco años, pero no aspiran a tener una pareja que las oprima y les indique qué deben hacer y pensar.

El fenómeno sociológico, antropológico y psicoanalítico es que la socialización de esos pequeñines, que son criados por sus madres exclusivamente (o por las abuelas materna, también), tendrán una figura masculina eclipsada concientemente, donde se demostrará que los varones son prescindibles en cualquier caso. Un duro golpe al narcisismo masculino occidental, que todavía resuena en muchos egos que conocemos.

No hay la menor duda, urge cambiar las estructruras de muchas instituciones sociales, como la familia y el matrimonio tradicional, y eso lleva tiempo, siglos diría yo, pero no hay que detener la inercia que ya empezó.

¿Cómo se forma un varoncito en el seno materno y luego se forma como individuo sin la figura masculina que sirva de espejo?

martes, 23 de marzo de 2010

El deseo sexual es social.

El encuentro entre los sexos es el terreno en el que la naturaleza y la cultura se enfrentaron por vez primera. Asimismo, es punto de partida y origen de toda cultura. El sexo fue el primer componente de los atributos naturales del homo sapiens sobre el que se grabaron distinciones artificiales, convencionales y arbitrarias: el primer acto de cultura, es la prohibición del incesto, que divide a las mujeres entre elegibles y no elegibles para los varones.

Es evidente que esta función del sexo no fue accidental. De todos los impulsos, inclinaciones y tendencias "naturales" del ser humano, el deseo sexual fue y sigue siendo el más irrefutable, obvia y unívocamente social. Se dirige hacia otro ser humano, exige la presencia de otro ser humano, y hace denodados esfuerzos para transformar esa presencia en una unión.

El ser humano añora la unidad y hace de toda persona alguien incompleto y deficiente a menos que se una a otro, por más realizado y autosuficiente que sea en otros aspectos.

Lo que ha sucedido ahora es que los seres humanos han desplazado el erotismo a cambio de la pura sexualidad. Actualmente, la sexualidad ya no es la fuente principal de placer y felicidad. ya no está mistificada positivamente en tanto éxtasis o transgresión, sino negativamente, en tanto fuerte de opresión, desigualdad, violencia, abuso e infección letal.

Es como si Anteros, hermano de Eros, y genio vengativo del amor rechazado, hubiese destronado a su hermano y tomado el control del reino del sexo.

Anteros tenía fama de ser un hombre muy apasionado, lascivo, irritable e irascible, pero una vez que se convirtió en señor indiscutible del reino seguramente proscribió las pasiones entre sus vasallos y proclamó que el sexo debería ser racional, fríamente calculado a prueba de riesgos, obediente a las reglas y, por sobre todas las cosas, debía ser un acto despojado de todo misterio y encanto.

Es querer convertir el sexo en una ciencia, porque la ciencia de la sexualidad prometía liberar a los hombres de su miseria sexual.

Eros, podemos estar seguros. no ha muerto. Pero desterrado del reino que le corresponde por herencia, ha sido condenado a merodear y deambular, a vagabundear por las calles en una búsqueda interminable , y por lo tanto vana, de refugio y cobijo. ahora Eros puede ser encontrado en cualquier parte, pero en ninguna se quedará por mucho tiempo. No tiene domicilio permanente: si quieren encontrarlo crucen los dedos y esperen con la esperanza de que aparezca.

lunes, 22 de marzo de 2010

La Generación NI-NI.

Es una tradición de la modernidad catalogar a las generaciones de seres humanos con algún término descriptivo, esto sucede desde mediados del siglo pasado. Por ejemplo, los niños que nacieron después de la Segunda Guerra Mundial, se les conoce como la generación del "BABY BOOM", los niños que nacieron posteriormente a aquellos se les conoce como la generación "X", y finalmente, los chicos que nacieron en las postrimerías del siglo XX, y que hoy tienen entre 20 y 30 años, se les conoce como la generación de los "NI-NI".

Aunque el fenómeno social tiene gran relevancia en los países que conforman la Gran Europa, también empiezan a mostrar signos de existencia en Asia, EEUU y América Latina, y la preocupación de los padres se torna angustiante. ¿Qué hacer con los chicos y chicas que no se quieren ir de la casa paterna, teniendo más de 20 años de edad?

Además la generación de los "NI-NI", que quiere decir ni más ni menos, que: Ni estudian, ni trabajan. Es una generación que no tiene horizonte alguno para superarse, no tienen ideales sociales, han perdido todas las esperanzas en su sociedad. han comprobado que el hecho de estudiar una licenciatura, maestría o doctorado carece de validez para enfrentar la situación económica particular, no tiene sentido "matarse" estudiando para que al graduarse como profesionales les ofrezcan salarios ridículos. En España se autodenominan como "milenaristas", que significa que solamente ganan hasta mil Euros, el equivalente a unos mil doscientos dólares mensuales. Son salarios Macdonalizados, son salarios "basura", precarios, con horarios extenuantes, que no entusiasman a nadie.

¿Para qué trabajar, si pagan una miseria? ¿Para qué estudiar, si eso no da acceso a la movilidad social?

Luego entonces, toda una generación de jóvenes en edad productiva se encuentran voluntariamente fuera del mercado de trabajo, viviendo en la casa de sus padres, sin aportar un centavo al presupuesto familiar.

Pero eso sí, esta generación de los "NI-NI", son grandes consumidores de música, diversión, alcohol y drogas, es decir gastan lo que no producen, y de algún sitio salen esos dineros, generalmente de los bolsillos de sus padres.

Obviamente, la generación de los "NI-NI", en lo que menos piensan es en hacer o formar una familia tradicional, se plantean nuevas formas de convivencia sin papeles oficiales.

Para los "NI-NI", todo está caduco: las instituciones gubernamentales, los partidos políticos, las instituciones sociales del matrimonio y la familia.

Estos chicos y chicas "viven en La Red", permanentemente. Ahí juegan todo el día, chatean con sus amigos que se encuentran en las mismas circunstancias que ellos, ahí se enamoran, ahí tienen sexo.

Por el lado de la educación, habría qué preguntarse varias cosas: ¿Estamos preparando a los jóvenes para la vida o solamente les estamos ofreciendo información obsoleta para poder trabajar? ¿Qué validez tienen los estudios de maestría y doctorado, cuando al graduarse no hay empleo para ellos? ¿Se habrá terminado la época cuando los universitarios tenían la posibilidad real del ascenso social?

También el mercado laboral se ha modificado grandemente, se explota a la mano de obra calificada o no, para obtener salarios miserables, eso no atrae a nadie en su sano juicio.

¿Qué futuro les estamos prometiendo a nuestros jóvenes en todo el mundo?

domingo, 21 de marzo de 2010

El esquema amoroso de "La toalla".

A lo largo de mi vida amorosa he podido experimentar diversas formas de vivir en pareja; desde la formar tradicional hasta la más moderna: "La Toalla". Hablar de las parejas tradicionales no representa sorpresa alguna para alguien mayor de treinta años. Lo que si puede causar extrañeza es describir a las parejas semi-adosadas, las revolucionarias de las relaciones maritales, esas que han hecho estallar la sofocante "burbuja de la pareja" y que hacen las cosas a su entero gusto.

Estas nuevas parejas urbanas y de clase media ilustrada, que han optado por el esquema de "La Toalla", son esencialmente parejas de medio tiempo o tiempo parcial. Aborrecen la vida en común bajo el mismo techo, no soportan la idea de compartir la casa y prefieren conservar separadas las viviendas, las cuentas bancarias, las vacaciones (viajan sólos) y los grupos de amigos.

Se trata de compartir el tiempo y el espacio personal solamente cuando tienen ganas de hacerlo, pero no en caso contrario. Rehuyen la posibilidad de entrar en cualquier tipo de rutina, ya que todo acto rutinario conspira en contra de la estabilidad de la pareja, sumergiéndola en el total aburrimiento. Y en ese caso, dan ganas de sacárle los ojos a la persona amada.

Así como la sociedad posmoderna introduce cambios importantes en la esfera laboral, proponiendo a los empleados la fórmula de tiempos parciales, horarios flexibles, labores en casa, semanas de tres días, proyectos de corto plazo; ya nadie sueña o piensa en jubilarse en una empresa en la cual ha trabajado toda su vida laboral. Ese esquema se agotó en el siglo XX.

También la fórmula de comprar o alquilar bienes inmuebles, se ha modificado por la idea de los "tiempos compartidos", en los cuales los condominos solamente son propietarios de un tiempo parcial a lo largo del año, pero no son dueños de nada más. Los clasemedieros sólo viajan ahora en paquetes turísticos, en los cuales todo está resuelto, todo es comodidad, se evitan las aventuras y los sobresaltos al turista, se van a lo seguro; no hay nada en qué pensar, otros piensan por ellos.

En las parejas modernas, ya no vale la máxima antigua que decía: "hasta que la muerte nos separe", ahora se plantean la cohabitación temporal del tipo: "veremos cómo funciona y luego hablamos".

Hay mucha polémica alrededor de este tipo de relaciones de pareja, que son de tiempo parcial y flexible.

Algunos opinan que "La Toalla" es el Nirvana porque combina distancia, amor y libertad. Los detractores acusan de cobardía a las parejas de "La toalla" por su falta de disposición a enfrentar las pruebas y penurias que necesariamente se presentan cuando uno se aboca a crear y perpetuar una relación plena y completa bajo el mismo techo.

Esta especie de Nirvana, sitio donde se realizan todas las ilusiones, es en la práctica algo posible para muchas parejas modernas. A veces se buscan casa "duplex", juntos pero separados para vivir una relación tipo "Toalla".

SE LLAMA TOALLA PORQUE SENCILLAMENTE SIGNIFICA: TU ALLÁ... Y YO ACÁ.

viernes, 19 de marzo de 2010

México Lindo !! Y Qué Herido¡¡

Sigo las noticias de forma cotidiana de lo que sucede en México, me duele demasiado constatar los altos niveles de violencia en todas partes. Leo por Internet La Jornada y me resultan interesantes los análisis de sus editorialistas. Sigo puntualmente lo que acaece en mi patria mexicana y me duele mucho.

Ahora que vivo en Guatemala, mi otra patria, veo con tristeza que suceden los mismos fenómenos de violencia y narcotráfico, que en México.

La globalización también incluye a la violencia, la corrupción, el narcotráfico y todos los males de la modernidad.

Acabo de disfrutar un espectáculo de música mexicana, interpretada por cantantes guatemaltecos, excelentes voces, en un restaurante mexicano llamado Los Cebollines.
Me deleité con la música ranchera tradicional y con las canciones del afamado Juan Gabriel.

Me emocioné con esa música tan entrañable para mi, se me hizo un nudo en la garganta, pero pude cantar lo que se interpretaba en esos momentos. Regreso feliz a casa, lleno de mi música ranchera.

¿Romper o componer la relación?

Descubrir cúal es el arte de romper una relación es una preocupación que lleva a muchas parejas al consultorio del psicoanalista, cuando una pareja en conflicto pide ayuda terapéutica, es que tiene solamente dos opciones: o rompe o arregla la relación. Pero muchas parejas ya no quieren continuar dentro de la relación y tampoco quieren ver qué posibilidades existen para arreglarla. Están estancados esperando que ocurra un milagro, que algo externo acabe con ese sufrimiento o incomodidad. Están atrapados.

El arte de romper las relaciones y salir ileso de ellas, con pocas heridas profundas y sin cuidados especiales que eviten los daños colaterales, supera con mucho a los que quieren saber cómo arreglar la relación, ya que eso implica mucho tiempo y procesos complicados para los dos.

Lo que es invevitable en una ruptura, son esos daños colaterales que tanto se temen: el alejamiento forzado de los amigos, o grupos en los que uno ya no será bienvenido o que debería evitar.

Recuerden que en toda ruptura de lazos afectivos hay víctimas y victimarios en el imaginario social; en algunas ocasiones es el varón al que consideran un villano de la película, el victimario desgraciado, sin escrúpulos, que abandonó a la "pobre" mujer indefensa, por lo tanto el castigo será el alejamiento de todos los amigos y conocidos, haciéndole un terrible vacío social.

En muy pocos casos, es ella, la mujer, la victimaria que abandona al marido sin piedad alguna. También estas mujeres son satanizadas con una serie de historias fantásticas sobre su maldad o su desenfreno sexual. Por ello, se les hace un vacío social, los amigos la evitan, pero sobre todo su propio gremio femenino las detuperan con saña.

Romper una relación en nuestra sociedad, significa rasgar el delicado tejido social, impacta como un terremoto: tiene epicentro y una enorme área de influencia, ademas de múltiples réplicas que siguen causando daños mayores y menores.

La ruptura de una pareja cimbra los cimientos de la institución matrimonial; todos se cuestionan qué está pasando con las parejas que ya no duran como las de antes, las de los padres o abuelos. El tema ruptura- o divorcio- se convierte de inmediato en el eje de las conversaciones de las parejas que conocen a la que se acaba de desbaratar, metiendo "ruido" y preocupación. Queda la sensación de que nadie está a salvo de que le pueda ocurrir lo mismo.

La posmodernidad obliga a las parejas a plantearse solamente la ruptura como salida a una crisis matrimonial, ya que en el inconciente de ambos saben que hay otras personas que pueden sustituir a la actual pareja. Viven en la era del te tomo, te uso y te tiro. Y el ciclo se reproduce una y otra vez.

Arreglar una relación se ve como un esfuerzo infructuoso, hay que invertir mucho tiempo y dinero, y mucho sufrimiento, también: no es "negocio".

La gente busca pareja y "establece relaciones" para evitar las tribulaciones de de la fragilidad humana y de la soledad que agobia a muchos, sólo para descubrir más adelante que esa fragilidad y esa soledad no desaparece por arte de magia, con la única diferencia que esos temores ahora son compartidos con la pareja en turno.

Cuando nos quedamos solos, es el camino del saber que no contamos con nadie para que nos acaricie, nos consuele y nos dé una mano en caso de necesidad o enfermedad, es algo atemorizante y espantoso.

Y cuando volvamos a salir al mundo a buscar una nueva pareja, no te olvides que el tratar de convertir a alguien en tu compañero de destino, sea algo fácil, pero no hay otra alternativa que intentarlo, e intentarlo y volver a intentarlo.

jueves, 18 de marzo de 2010

Presidente en presidio.

El ex-presidente guatemalteco Alfonso Portillo está a punto de ser extraditado a los Estados Unidos, por los delitos de lavado de dinero y malversación de fondos públicos, en un juicio que tuvo a toda la sociedad en ascuas por el resultado del tribunal que lo juzga. La cuestión era ¿Lo dejan en Guatemala para que lo juzguen acá o atienden la solicitud de extradición que planteó EEUU?

El veredicto del tribunal guatemalteco, fue: aceptar el pedido de extradición que hizo el gobierno estadounidense.

El asunto de la corrupción en los gobiernos de todo el mundo, opera con complicidad de los gobiernos que continúan. Se tapan unos a otros, ese es el acuerdo secreto y público.

Lo histórico en Guatemala no es que un gobernante se llene los bolsillos con los dineros del pueblo, eso lo hacen todos sin importar su ideología política, lo importante en este caso es que se lleve ante la justicia a un exmandatario y se le juzgue con severidad, como corresponde.

El pueblo guatemalteco ha soportado tremendas dictaduras en el pasado y a autoridades corruptas en el presente pero eso si democráticas.

No hay reparación del daño patrimonial, no hay perdón ni olvido. No puede haberlo.

miércoles, 17 de marzo de 2010

En el amor hay dos, sin certezas.

El lenguaje está condicionado por el tiempo y nutrido por él. El lenguaje no sabe anticipadamente dónde va a terminar. Depende de otros, De hecho vive gracias a la vida de otro. En la conversación real algo ocurre. Quién es ese "otro" de cuya vida vive el lenguaje para que algo ocurra en la conversación: ese "otro" es siempre un alguien definido que no sólo tiene oídos , como todo el mundo, sino también una boca.

Y eso es exactamente lo que hace el amor: arrancar a otro entre la multitud , y por medio de ese acto convierte al otro en un alguien "bien definido", alguien con una boca a la que escuchar, alguien con quien conversar para que algo pueda ocurrir.

¿Y qué es ese algo? El amor implica dejar en suspenso la respuesta, o abstenerse de formular la pregunta. Convertir a otro en "alguien definido" significa convertir en indefinido el futuro. Aceptar vivir una vida, desde la concepción hasta la muerte, en el único sitioasignado a los humanos: el vacío que se extiende entre la finitud de sus acciones y la infinitud de sus propósitos y consecuencias de sus actos.

Al principio fue el verbo, dice la Biblia. Siempre la palabra se encuentra presente en toda relación, siempre y cuando esos oídos escuchen y esas dos bocas expresen lo que piensan y sienten.

Las relaciones de pareja en la actualidad, están definidas por la brevedad y la falta de compromiso de largo plazo entre ellas. Una relación así es agradable y breve. Podemos suponer que es agradable porque es breve. Una relación así es la encarnación de lo instantáneo y de lo descartable.

Pero su relación no adquirirá esas maravillosas cualidades si no se han cumplido previamente ciertas condiciones. Nótese que es usted quien debe satisfacer esas condiciones, y ése es indudablemente otro punto a favor de la relación desechable, ya que su éxito depende de usted y sólo de usted; por lo tanto, es sólo usted quien ejerce el control y seguirá ejerciendo el control a lo largo de la corta vida de la relación desechable.

Primera condición: debe embarcarse en la relación con total conciencia y claridad. Recuerde, nada "de amor a primera vista". Nada de "enamorarse". Nada de esas súbitas oleadas de emoción que lo dejan a uno sin aliento: nada de emociones que denominamos "amor" ni de esas otras a las que sobriamente llamamos "deseo".

Usted no debe permitir que ninguna emoción lo embargue ni conmueva, y sobre todo, no debe permitir que nadie le arrebate la calculadora de la mano. Y no se deje confundir con respecto a la relación en la que usted está a punto de embarcarse, en cuanto a lo que no es y nunca será. La conveniencia es lo único que cuenta y la conveniencia debe calcularse con la cabeza fría.

Segunda condición: mantenga las cosas en ese estado, recuerde que la conveniencia necesita poco tiempo para convertirse en su opuesto. Así que no permita que la relación se escape de de la estricta supervisión de su cabeza, ni que desarrolle su propia lógica. Esté alerta, no baje la guardia nunca. Hay que cuidarse de "esas peligrosas corrientes emocionales" que atacan a los desprevenidos.

Ni siquiera en estas relaciones desechables puede haber certeza posible, aunque muchos lo intentan con mucha energía, sin éxito.

El amor es así: impredecible, sin certezas, sin futuro seguro, con un "contrato" de corto plazo, que se puede intentar alargarlo lo más posible.

Amor perverso.

El fracaso de una relación es muchas veces producto de una mala comunicación. Existen dos perversiones comunes en el amor: la primera, tiene que ver con la complacencia del otro, debido a la pereza, el miedo a la gente, o simplemente por el gusto de estar en una relación cómoda; no hay nada que promueva mejor una relación cómoda que la mutua adulación (tú eres la mujer más linda del planeta. Y tú eres el hombre ideal).

La segunda perversión del amor, es querer cambiar a la gente. Ya que todos tenemos una opinión de cómo hacer las cosas y de cómo deberían ser los otros. Hay personas que sienten la irresistible necesidad de cambiar a todos los que los rodean. Eso es imposible y una necedad, nadie cambia a nadie. Es mejor dirigir la energía hacia el cambio de uno mismo, en lugar de despilfarar esa energía en el inútil intento de modificar a nuestros semejantes.

El problema es que ambas perversiones son hijas del amor. La primera perversión puede ser el resultado de mi deseo de comodidad y paz. Pero también puede ser producto de mi amoroso respeto hacia el otro: te amo, y por eso te dejo ser como eres y como quieres ser, por más que dude de la sabiduría de tus decisiones. A pesar del daño que te puedas ocasionar por esa decisión, no me atrevo a contradecirte, para que no te veas obligado a elegir entre tu libertad y mi amor. Puedes contar con mi aprobación, pase lo que pase.

La segunda perversión es el de la posesividad del amor dejada enlibertad sinninguna restricción. El amor es una de las respuestas paliativas a la bendición/maldición de la individualidad humana, uno de cuyos atributos es la soledad.

Hay una gran pregunta que nos planteamos todos los seres humanos: cómo superar la separación, cómo lograr la unión, cómo trascender la propia vida individual y encontrarse "siendo uno con otros". Todo amor está teñido del impulso antropofágico, nos queremos tragar al otro, enterito.

Todos los amantes quieren dominar, extirpar y limpiar la irritante alteridad que los separa del amado; la separación del amado es el miedo más intenso del amante, y muchos amantes llegan a cualquier extremo por exterminar de una vez por todas el espectro de la despedida. ¿Y que mejor medio de alcanzar ese objetivo que convertir al amado en parte inseparable del amante? Adonde vayas, yo voy; lo que hagas, lo hago; loque yo acepte, tú lo aceptas; lo que yo aborrezca, lo aborrecerás tú.

Si no puedes ser mi alma gemela, siamesa, serás mi CLON.

La segunda perversión del amor, tiene una raíz hundida en lo profundo de la adoración del amante por el amado. Cierta vez, un hombre enamorado invitó a sus amigos más cercanos para que conocieran a "la perfecta encarnación de la Belleza, la Virtud, la Sabiduría y la Gracia, en suma a la mujer más adorable del mundo. Otro día el amante enamorado les preguntó a sus amigos que opinaban de su adorada mujer, el silencio fue sepulcral. A veces resulta difícil distinguir la adoración del amado de la adoración a uno mismo; se puede notar el rasgo de un ego expansivo pero inseguro, desesperado por confirmar sus inciertos méritos por medio de su reflejo en el espejo o, mejor aún, de un adulador retrato retocado.

El amor estalla de energía creativa; una y otra vez esa energía se libera a través de una explosión o de un flujo constante de destrucción.

Puede ser un flechazo, amor a primera vista, pero debe transcurrir un tiempo, breve o prolongado, entre la pregunta y la respuesta, entre la propuesta y la aceptación.

El tiempo que transcurre nunca es tan breve para permitir que la persona que pregunta y la persona que responde sigan siendo, en el momento de la respuesta, los mismos seres que en el momento en que se formuló la pregunta. Inevitablemente, la respuesta es pronunciada por otra persona diferente de la que fue interrogada, y está dirigida a otra que ya no es la misma que la formuló.

En el siglo XX, las parejas de amantes tardaban mucho tiempo en concretar una respuesta a la pregunta de ¿Quieres ser mi novia?. Se hacía eterna la espera para el amante que hizo la pregunta. Hoy, los tiempos han cambiado, las preguntas y las respuestan resultan obvias, ni siquiera se formulan, no hay palabras de por medio. Los cortejos son veloces y efímeros, también. "si no quieres a la primera insinuación, ya vendrán otras".

Cuando dos amantes deciden tirarse de cabeza en aguas profundas y desconocidas, es la aventura de lo misterioso, lo impredecible es el mayor atractivo para los dos.

El primer alivio de la tensión en este juego brujo del amor se produce mágicamente cuando los amantes se llaman por primera vez con su nombre de pila. En ese instánte se abre una ilusión maravillosa. Ese acto representa la solitaria promesa de que el ayer de los dos amantes se incorporará a su presente. Representa también la promesa de que ambos están dispuestos a incorporar un futuro compartido a su presente a medias compartido y a medias separado.

martes, 16 de marzo de 2010

Esclavos del deseo.

Cuando una pareja de desconocidos se encuentran, basta una mirada de deseo para que se vayan a la cama de inmediato. El deseo de compartir la cama por una noche, brotó de la nada. Siendo personas obsesionadas por las medidas extremas de seguridad, las puertas del deseo no tienen cerraduras, se abren con suma facilidad. A veces, es suficiente que la pareja se pregunte: ¿cúal es tu signo zodiacal?. Y si hay compatibilidad, pués a la cama directamente.

El deseo necesita de mucho tiempo para germinar, crecer y madurar. Pero en esta sociedad posmoderna, el largo plazo se hace cada vez más corto. Todos tienen prisa por conseguir la satisfacción instantánea que promete el deseo por el Otro.

Los grandes centros comerciales actuales están diseñados estratégicamente para que los compradores actúen como autómatas en el momento de la compra, sin pensar demasiado. Todos los motivos necesarios para que los compradores compren deben surgir de inmediato, mientras caminan por los pasillos del mall. Y también deben morir de inmediato, una vez que han cumplido su cometido.

En Guatemala, pude observar un enorme anuncio a la entrada de uno de esos relucientes centros comerciales modernos, que decía: "Cumple tu mayor deseo en la vida: COMPRAR". Que estimula "las ganas" del consumidor, es decir ordenan que uno "se deje llevar por ese impulso inconsciente de darse "gusto".

Las ganas y los deseos corren por carriles diferentes, el primero surge espontáneamente y el segundo hay que cultivarlo. Como los actos nacidos de las ganas ya han sido profundamente implantados por los poderes del mercado de consumo, seguir un deseo parece conducirnos, de manera incómoda, lenta y perturbadora, hacia el compromiso amoroso.

El deseo necesita mucha atención y preparativos, ya que involucra grandes cuidados, complejas negociaciones sin resolución definitiva, algunas elecciones difíciles y algunos compromisos penosos, pero peor aún, implica también una demora en la obtención de la satisfacción, que es sin duda el sacrificio más odiado en nuestro mundo entregado a la velocidad de los actos.

Cuando la relación está inspirada por las simples ganas, sigue la pauta del consumo y sólo requiere la destreza de un consumidor habitual. Al igual que otros productos, la relación es para consumo inmediato y para su uso único. Si la relación resulta defectuosa o no plenamente satisfactoria, los productos pueden cambiarse por otros, que se suponen más satisfactorias.

Las relaciones de pareja inician con muchas promesas de compromisos a largo plazo, cuestión que de inmediato muestran su imposibilidad de cumplimiento:"Te amaré toda la vida", "Siempre te seré fiel", etcétera.

Las promesas de compromiso, no significan nada a largo plazo: Hay que desbaratar los decretos que atan una relación con cuestiones imposibles de cumplir, que se dijeron en un momento de mucha pasión o locura.

Hay un dilema que no tiene solución. Y peor aún, parece plantearnos una paradoja absolutamente injusta: la relación no sólo no cumple en satisfacer una necesidad, tal como se se esperaba de ella, sino que además convierte esa necesidad en algo aún más irritante y enloquecedor.

Usted buscó esa relación con la esperanza de mitigar la incertidumbre e inseguridad que lo acosaba en la soledad, pero la realidad le agrava la inseguridad e incertidumbre. No hay salida. Toda relación es como una moneda tirada al aire.

Una relación siempre es insegura y está condenada a seguir siéndolo, aunque uno desee otra cosa: es un dolor de cabeza y no un remedio.

Si no existe una buena solución para un dilema, si ninguna de las actitudes sensatas y efectivas nos acercan a la solución, las personas tienden a comportarse irracionalmente, haciendo más complejo el problema y tornando su resolución imposible.

Cuando los amantes se sienten inseguros, tienden a comportarse de manera poco constructiva, tratando de complacer o de controlar, e incluso con agresiones físicas: todas ellas actitudes que alejan aún más a la pareja.

lunes, 15 de marzo de 2010

El incierto Amor.

El amor disuelve su pasado a medida que avanza, no deja tras de sí un lugar seguro donde podría replegarse para buscar refugio en casos de necesidad. Y no sabe qué le espera ni qué puede depararle el futuro. Nunca adquiere la confianza suficiente para dispersar los nubarrones y calmar la ansiedad. El amor es un préstamo a cuenta de un futuro incierto pero irresistible.

El amor puede ser tan aterrador como la muerte, sólo que, a diferencia de la muerte, encubre la verdad bajo oleadas de deseo y pasión. La tentación de enamorarse es poderosa, pero también lo es la atracción que ejerce la huida. El engaño que nos induce a querer encontrar una rosa sin espinas está siempre presente y resulta difícil de resistir.

Deseo y amor van hermanados. El deseo es el anhelo de consumir. De absorber, devorar, ingerir y digerir, de aniquilar. El deseo no necesita otro estímulo que la presencia de alteridad.

La presencia del Otro es siempre una afrenta y una humillación. el deseo es el impulso a vengar la afrenta y disipar la humillación. Es la compulsión de cerrar la brecha con la alteridad que atrae y repele, que seduce con la promesa de lo inexplorado e irrita con su evasiva y obstinada otredad. El deseo es el impulso a despojar la alteridad de su otredad, y por lo tanto, de su poder. Es posible que en el curso de l proceso, sus restos no digeridos hayan pasado al terreno de lo consumible al de los desechos.

Lo que se puede consumir atrae, los desechos repelen. Después del deseo llega el momento de disponer d elos desechos. En esencia, el deseo es un impulso de destrucción. Y ,lateralmente, también un impulso de auto-destrucción; el deseo está contaminado desde su nacimiento por el deseo de muerte.

El amor es el anhelo de querer y preservar el objeto querido. Un impulso centrífugo, a diferencia del centrípeto deseo. Un impulso a la expansión, a ir más allá, a extenderse hacia lo que está "allá afuera".

El deseo es ampliar el mundo. el amor es la supervivencia del YO a través de la alteridad del YO. Y por eso, el amor implica el impulso a proteger, de nutrir, de dar refugio, y también de acariciar y mimar, o de proteger celosamente, cercar, encarcelar. Amar significa estar al servicio, estar a disposición, esperando órdenes, pero también puede significar la expropiación y confiscación de toda responsabilidad.

El amor y el ansia de poder son gemelos siameses: ninguno de los dos podría sobrevivir a una separación. Si el deseo ansía consumir, el amor ansía poseer. Como el deseo , el amor es una amenaza contra su objeto. El deseo destruye su objeto amado, destruyéndose a sí mismo en el proceso; la misma red protectora que el amor construye amorosamente alrededor de su objeto, lo esclaviza. El amor hace prisionero y pone en custodia al cautivo: arresta para proteger al propio prisionero.

El deseo y el amor tienen propósitos opuestos. Fiel a su naturaleza, el amor luchará para perpetuar el deseo. El deseo, por su parte, escapará de los grilletes del amor.

Un ejemplo del misterio del amor que enciende la chispa del deseo.

"Las miradas se encuentran directamente en una fiesta concurrida; se enciende la chispa de la atracción. La pareja recién "conocida" conversan, bailan, se ríen, comparten un trago o una buena broma y, antes de darse perfectamente cuenta, uno de los dos dice: ¿Tú casa o la mia?. Ninguno de los dos está en búsqueda de una relación seria o formal, pero de alguna manera una noche puede convertirse en una semana, después en un mes, en un año o más tiempo".

Cuántos de nosotros no hemos iniciado una relación, a la larga formal y seria, sin pensarlo mucho. Simplemente las cosas se van dando sin que nos demos cuenta de su formalización, hasta el punto de engendrar un hijo en el proceso del enamoramiento.

Ese imprevisible resultado de la chispa del deseo y de una sola noche para sofocarlo, es un punto intermedio entre la libertad de los encuentros ocasionales y la seriedad de una relación importante. Los puntos intermedios, como todos los otros acuerdos "hasta nuevo aviso" dentro de un entorno fluido en el que comprometerse con el futuro es tan imposible como ofensivo, pero cuando se comprometen "a medias", es posible que se estén cerrando nuevas posibilidades románticas.

Una observación fuerte y directa, y un cálculo sensato: usted se encuentra ante una elección complicada. Elige el amor o elige el deseo.

domingo, 14 de marzo de 2010

Eros, ese misterio.

Eros es una relación con la alteridad, con el misterio, es decir con el futuro, con lo que está ausente del mundo que contiene a todo lo que es. Eros es diferente de la posesión y del poder; no es una batalla ni una fusión y tampoco es conocimiento.

Eros es una gran energía que mueve a los seres humanos sanos, siempre en pugna con tanatos que es la muerte, esa lucha interna la llevamos todos a lo largo de la vida, hasta que Tánatos nos derrota en la lucha final.

El "pathos" del amor consiste en la insuperable dualidad de los seres. Los intentos de superar esa dualidad, de domesticar lo díscolo y domar lo que no tiene freno, de hacer previsible lo misterioso y de encadenar lo errante son la sentencia de muerte del amor.

Eros no sobrevive a la dualidad. En lo que al amor se refiere, la posesión, el poder, la fusión y el desencanto, son suficientes para hacer sucumbir la pasión amorosa.

En eso radica la maravillosa fragilidad del amor, junto con endemoniada negativa a soportar esa vulnerabilidad con ligereza.

Todo amor se debate por concretarse, pero en el momento del triunfo se topa con su derrota última. Todo amor lucha por descartar las fuentes de su precariedad e incertidumbre, pero si lo consigue, pronto empieza a marchitarse, y desaparece.

Eros está poseído por el espectro de Tánatos, que ningún hechizo mágico puede exorcizar. No es que Eros sea precoz, y ninguna dimensión ni intensidad de educación ni de métodos de autoaprendizaje conseguirá liberarlo de su patológica tendencia suicida.

El desafío, la atracción, la seducción que ejerce el Otro vuelve toda dstancia, por reducida y minúscula que sea, intolerablemente grande. La brecha que se abre se vive como un profundo precipicio. La fusión y el dominio parecen ser los únicos remedios para ese tormento.

Y sólo existe una delgada frontera , entre una caricia suave, delicada y tierna y una mano de hierro que aprieta y aplasta. Eros impulsa a las manos a la caricia, pero esas mismas manos que acaban de tocar con cariño también pueden golpear, apretar y aplastar.

Por más que uno haya aprendido mucho sobre el amor y sobre "el arte de amar", esa sabiduría sólo llegará, como el mesías de Kafka, un día después de su llegada.

Mientras está vivo el amor siempre está al borde de la derrota.

sábado, 13 de marzo de 2010

El amor ¿un arte?

Existen muchos manuales prácticos de cómo amar, inclusive el psicoanalista Erich Fromm publicó un texto exitoso editorialmente hablando, que se llama EL ARTE DE AMAR, pero la confusión viene de que suele confundirse el amor con la seducción.

Las personas que piensan que va a dominar el arte de amar, son simplemente unos ilusos. El arquetipo clásico de este tema es nada menos que Don Giovanni de Mozart. Pero por estar guiado por la compulsión a intentarlo otra vez, y obsesionado con la idea de impedir que cada intento sucesivo interfiriera con los intentos futuros, Don Giovanni era también el "impotente amoroso".

Ese resultado -la venganza del amor, por así decirlo, contra los que se atreven a desafiar su naturaleza- era de esperarse. Se puede aprender a desempeñar una actividad que posee un conjunto de reglas invariables que se corresponden con un entorno estable, monótonamente repetitivo que favorece el aprendizaje, la memorización y, ulteriormente, el paso a la práctica. Esto no ocurre con el amor.

El aprendizaje , entendido como adquisición de hábitos últiles, no existe en el amor. Los que insisten en condicionar sus acciones a los precedentes, corren riesgos suicidad y se exponen a infinitos problemas. UN AMOR NUNCA SERÁ IGUAL A OTRO.

La naturaleza del amor implica ser un rehén del destino.

En el "simposio" de Platón, se dice: que el amor no se dirige a lo bello como crees, sino a concebir y nacer en lo bello. Amar es desear concebir y procrear, y por eso el amante busca y se esfuerza por encontrar la cosa bella en la cual pueda concebir. En otras palabras, el amor no encuentra sentido en el ansia de cosas ya hechos, completas y terminadas, sino en el impulso a participar en la construcción de esas cosas. Esta es la clave que nadie repara en ello, que el chiste es buscar lo incompleto para "trabajar" sobre la relación.

El amor está muy cerca de la trascendencia; es tan sólo otro nombre del impulso creativo y, por lo tanto, está cargado de riesgos, ya que toda creación ignora siempre cuál será su producto final.

En todo amor hay por lo menos dos seres implicados, y cada uno de ellos es la gran incógnita de la ecuación del otro. Eso es lo que hace que el amor parezca un capricho del destino, ese inquietante y misterioso futuro, imposible de prever, de prevenir o conjurar, de apresurar o detener. Amar significa abrirle esa puerta al destino, a la más sublime de las condiciones humanas en la que el miedo se funde con el gozo en una aleación indisoluble, cuyos elementos ya no pueden separarse.

Abrirse a ese destino significa dar libertad al ser: esa libertad que está encarnada en el Otro, el compañero en el amor. Ya lo decía el citado Erich Fromm: " en el amor individual no se encuentra satisfacción... sin verdadera humildad, coraje, fe y disciplina; y luego agrega, con tristeza, que en una cultura en la que estas cualidades son raras, la conquista de la capacidad de amar será necesariamente un raro logro".

Y lo mismo ocurre en una cultura de hiperconsumo como la nuestra, partidaria de los productos listos para el consumo inmediato, las soluciones rápidas, la satisfacción instantánea, los resultados que no requieren de esfuerzos prolongados, las recetas infalibles, los seguros contra toda clase de riesgos y las garantías de devolución de dinero.

La promesa de aprender el arte de amar es la promesa de lograr "experiencias en el amor" como si se tratara de cualquier otra mercancía. Seduce y atrae con su ostentación de estas características porque supone deseo sin espera, esfuerzo sin sudor y resultados sin esfuerzo.

Sin humildad y coraje no hay amor. Se requieren ambas cualidades, en cantidades enormes y constantemente renovadas, cada vez que uno entra en un territorio inexplorado y sin mapas, y cuando se produce el amor entre dos seres humanos, éstos se internan inevitablemente en un terreno ignoto.

viernes, 12 de marzo de 2010

Amor y muerte.

Amor y muerte son dos protagonistas de esta historia que no tiene argumento ni desenlace pero que condensa la mayor parte del sonido y la furia de la vida. Nada se parece tanto a la muerte como el amor realizado. Cada aparición de alguno de los dos es única pero definitiva, irrepetible, inapelable e impostergable. Toda vez que aparecen nacen por primera vez, o renacen, saliendo de la nada, de la oscuridad del no-ser, sin pasado ni futuro.

Sólo se puede entrar en el amor y en la muerte una única vez. por eso es imposible aprender a amar, tal como no se puede aprender a morir. Y nadie puede aprender el arte de no caer en sus garras, de mantenerse fuera de su alcance. Cuando llegue el momento, el amor y la muerte caerán sobre nosotros, a pesar de que no tenemos ni un indicio de cuándo llegará ese momento. Sea cuando fuere, nos tomarán desprevenidos.

En medio de nuestras preocupaciones cotidianas, el amor y la muerte surgirán de la nada. En el caso de la muerte, se admite que el aprendizaje se limita a la experiencia de otras personas y es, por lo tanto, una ilusión in extremis.

El amor parece gozar de un estatus diferente que los otros acontecimientos de la vida.

De hecho, podemos enamorarnos más de una vez, y algunas personas se enorgullecen o se quejan de que se enamoran y se desenamoran con demasiada facilidad. todo el mundo ha escuchado las historias de estas personas que son proclives al amor o vulnerables al amor.

Podemos suponer que en nuestros tiempos crece rápidamente la cantidad de personas que tiende a calificar de amor a más de una de sus experiencias vitales, que no diría que el amor que experimenta en ese momento es el último y que prevé que aún la esperan varias experiencias más de la misma clase.

Después de todo, la definición romántica del amor -hasta que la muerte nos separe- está pasada de moda, ya que ha trascendido su fecha de vencimiento. Todo amor caduca como la leche en envase de tetrapack. Hay amores que duran solamente una noche, y la gente a eso le llama hacer el amor.

Existe una abundancia y aparente disponibilidad de experiencias amorosas, que hace pensar a las personas que el amor es una destreza que se puede aprende, y que el dominio de esa materia aumenta con el número de experiencias y la asiduidad del ejercicio. Incluso se puede llegar a pensar que el próximo amor será una experiencia aún más estimulante que la que se disfruta actualmente, aunque no tan emocionante y fascinante como la que vendrá después de la próxima..

Sin embargo, sólo es otra ilusión. La única destreza real que se adquiere es el hecho de poder salir y entrar con facilidad de una relación a otra y volver a empezar el ciclo.

jueves, 11 de marzo de 2010

El amor eterno dura dos años.

Las parejas de hoy saben muy bien que la moda es establecer parejas o "relaciones de bolsillo", que se pueden sacar si es necesario, pero que también pueden sepultarse en las profundidades del bolsillo cuando ya no son necesarias.

Las parejas posmodernas saben muy bien que la palabra compromiso, y en particular el compromiso de largo plazo, es una verdadera trampa que se debe evitar a toda costa. El engaño consiste para las parejas en creer que si se comprometen profundamente con el otro, le están cerrando las puertas a una nueva y mejor relación futura, que podrían ser más satisfactorias y gratificantes. "La mejor pareja, es siempre la que sigue".

En una de las "ciudades invisibles", creadas por el gran escritor Italo Calvino, denominada LEONIA, en ella los habitantes disfrutan todos los días las cosas nuevas y diferentes, al día siguiente tiran todo a la basura, ya no son nuevas ni diferentes. De hecho cada mañana estrenan ropa nueva, que solamente usarán una vez y luego a desecharla. Me parece que el enorme placer de los habitantes de LEONIA es desechar todo lo que ya no sirve, depurar las impurezas, descartar lo inútil.

Parecería que los hombres y mujeres modernos son muy parecidos a los habitantes de LEONIA, porque están más bien preocupados por impedir que sus relaciones se cristalicen o cuajen de verdad. ¿Buscan realmente relaciones sostenidas, tal como dicen, o desean más que nada que esas relaciones sean ligeras y superficiales?

Tal vez la idea misma de "relación" aumente la confusión. Esa palabra está cargada de vagas amenazas y premoniciones sombrías: trasmite simultáneamente los placeres de la unión y ls horrores del encierro. Una relación indeseable pero indisoluble es precisamente lo que hace que una relación sea tan riesgosa como parece.

Los seres humanos cibernéticos ven las relaciones como conexiones o redes, todo es virtual. Parecen estar hechas a la medida del entorno de la vida líquida, en la que se supone y espera que las posibilidades románticas fluctúen cada vez con mayor velocidad entre muchos individuos, desalojándose entre sí con la promesa de ser mas gratificantes y satisfactorias que las anteriores.

A diferencia de las verdaderas relaciones, las virtuales son de fácil entrada y fácil salida: parecen sensatas y limpias, fáciles de usar y amistosas con el usuario cuando se les compara con "la cosa real", pesada, lenta, inerte y complicada. En la computadora siempre existe la posibilidad dichosa de oprimir la tecla "delete".

En la Red no hay calidad peri si cantidad de opciones de pareja. Si el compromiso no tiene sentido y las relaciones ya no son confiables y dfícilmente duran, nos inclinamos a cambiar la pareja mediante la red.

La enorme facilidad que ofrece la falta de compromisos en nuestra sociedad y los rompimientos a voluntad no reducen los riesgos en las relaciones humanas, sino que tan solo los distribuyen, junto con las angustias que generan, de manera diferente.

Estos apuntes están dirigidos al entendimiento de los riesgos y angustias de vivir sólos y separados, pero también las angustias de vivir en pareja.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Cap. Dos/ Zara, la madrastra.

No me gusta trabajar estas jornadas tan largas por un miserable sueldo, y mucho menos me agrada haber tenido que abandonar mis estudios de psicología en la universidad de San Carlos, pero no tengo alternativa. Mis padres, ambos son maestros rurales, y tiene una plaza en el Ministerio de Educación, quienes los asignó a sitios muy remotos del país; mi madre fue ubicada en San Marcos y mi padre en Zacapa, también ellos ganan muy poco por su labor magisterial. Mis padres se separaron cuando yo tenía 16 años y mi hermano menor estaba recién nacido. Mi padre se fue a buscar trabajo a los Estados Unidos, al principio mandaba dinero a mi mamá, pero después supimos por unos amigos que viven allá en California, que mi papá ya tenía otra mujer y otros hijos. Mi mamá se deprimió mucho porque el plan era separarse para mejorar económicamente la familia, y al cabo de los años, con un buen ahorro poder comprarse una casa grande.

La depresión profunda de mi mamá se agravó el día que le dijo el doctor que tenía un tumor en el seno derecho, y que posiblemente fuera canceroso. Y así fue. Desde hace varios años, mi mamá se encuentra bajo tratamiento de radiaciones y quimioterapia, lo que la tiene alejada del trabajo de maestra por incapacidad laboral. Sigue recibiendo su sueldo pero los gastos son inmensamente mayores, por eso tengo que trabajar para poder compensar esos gastos en medicamentos y operaciones.

Mi hermanito es un chico problema, lo han expulsado de varias escuelas por malcriado, además de tener una atención dispersa, es muy violento desde que se fue mi papá de la casa. El también necesita la atención de una terapeuta, que aunque cobra poco, para mi es mucho.

Mis deseos son sencillos y complicados también: me quiero casar con un hombre que tenga recursos económicos, un buen trabajo y una casa propia, además de su auto. Y, yo me pregunto: ¿y ese hombre dónde existe?

Ya no quiero pasar hambre ni incomodidades.

Pero lo que verdaderamente me inquieta es el cáncer de mamá. Los doctores no me dicen cual es el pronóstico verdadero, cuánto va a vivir y qué efectos colaterales tiene que padecer ademas de su calvicie. Y de su daño emocional, ¿quién se hará cargo de ello?

Por esa situación desgraciada que vivo día a día, tengo que viajar con miedo en los autobuses y superar los acosos de los hombres groseros que viajan también.

Amores líquidos.

Amores líquidos es el nombre de un taller sobre pareja y sexualidad, que imparto desde hace muchos años en la ciudad de México. La obra base es la de Bauman, sin embargo para comprender a cabalidad el tema de la fragilidad de las relaciones de pareja en la posmodernidad, aplico un enfoque multidisciplinario, que incluye a la sociología, antropología, psicoanálisis, historia, filosofía y literatura.

Desde hace más de cien años, se ha podido observar la decandencia y desdibujamiento de la figura masculina en las sociedades occidentales, ni se diga la pérdida paulatina de la imagen paterna.

Vivimos una era de "hombres sin atributos", donde la confusión entre los varones es tal, que ya no sabemos qué es ser hombre en la actualidad. Lo único que queda de manifiesto es que todos los días luchamos por tratar de no parecer mujeres, o afeminados, porque los atributos masculinos son la fuerza y la autoridad. La identidad del varón está en juego cotidianamente, ante la amenaza de las mujeres emancipadas que ya no reconocen más autoridad que la de ellas mismas.

El hombre moderno es también un hombre sin vínculos fuertes, y particularmente sin vínculos fijos y establecidos como los que solían figurar en la antiguedad.

El gran tema de hoy son las relaciones humanas. Son los hombres y las mujeres, nuestros contemporáneos, desesperados al sentirse fácilmente desechables y abandonados, siempre ávidos de seguridad de la unión y de una mano servicial con la que puedan contar en los malos momentos, como por ejemplo durante el desempleo de alguno de ellos dos o en la enfermedad.

Los hombres y las mujeres modernas están desesperados por relacionarse. Sin embargo, desconfían todo el tiempo del "estar relacionados", y particularmente de estar relacionados "para siempre", por no hablar de "eternamente", poque temen que ese estado pueda convertirse en una carga y ocasionar tensiones que no sienten capaces ni deseosos de soportar, y que pueden limitar severamente la libertad que necesitan para relacionarse con otro(a)s.

En un mundo como el nuestro, caracterizado por el enorme individualismo, las relaciones son una bendición a medias. Oscilan entre un dulce sueño y una pesadilla, y no hay manera de decir en qué momento uno se convierte en la otra.

En un entorno de vida moderna, las relaciones suelen ser, quizá, las encarnaciones más comunes, intensas y profundas de la ambivalencia. Y por ello podríamos argumentar , ocupan por decreto el centro de atención de los individuos líquidos modernos, que las colocan en el primer lugar de sus proyectos de vida.

las "relaciones" son ahora el gran tema y el único juego que vale la pena jugar, a pesar de sus notorios riesgos. La atención de los seres humanos tiende a concentrarse actualmente en la satisfacción que se espera de las relaciones, precisamente porque no han resultado plena y verdaderamente satisfactorias; y si son satisfactorias, el precio de la satisfacción que producen suele considerarse excesivo e inaceptable.

No es de extrañar que el tema de las relaciones sea uno de los motores principales de la consejería de parejas, ya que las parejas por si solas no pueden desentrañar la complejidad de lo que viven o sufren.

Lo que esperan las parejas es una clara ilusión: cómo encontrarle la cuadratura al círculo. Cómo degustar los ricos bocados de la relación, evitándo los bocados más amargos y menos tiernos; cómo lograr que la relación les confiera poder sin que la dependencia los debilite, que los habilite sin condicionarlos, que los haga sentir plenos sin sobrecargarlos.

Este será el hilo conductor de estos breves apuntes sobre la fragilidad de las parejas modernas y posmodernas.

martes, 9 de marzo de 2010

Cap. Uno/ Zara, la madrastra.

Marlene sale todos los días de su casa a las cinco de la mañana, como lo hacen miles de guatemaltecos que viven en la periferia de la capital y trabajan en la gran urbe chapina. El poder abordar un autobús urbano, constituye una aventura peligrosa a cualquier hora del día o de la noche. No hay día en que no maten a un piloto o a un ayudante cobrador. A veces, mueren inocentes pasajeros durante la balacera que ocurre dentro del transporte.

Marlene se santigua antes de abandonar el hogar materno, este es un rito breve que practican millones de habitantes de la capital, para protegerse de los infortunios posibles. Otros, se cuelgan del cuello un rosario o una medallita con alguna imagen religiosa, de preferencia del Señor de Esquipulas, el Cristo Negro milagroso de este país.

Como ella, muchas chicas y chicos jóvenes salen a estudiar o a trabajar, teniendo que movilizarse en el pésimo servicio público de transporte que no se moderniza desde hace cuarenta años. El precio del pasaje sencillo es de un quetzal (aproximadamente doce centavos de dólar), sin importar la distancia del recorrido, por las noches los pílotos y sus ayudantes (llamados popularmente: brochas, porque van recogiendo el pasaje de las esquinas) alteran la tarifa a su antojo.

Dice Marlene, muy molesta: a las mujeres los hombres nos acosan sexualmente en el transporte público y nadie se queja o protesta por no exponerse a golpes e insultos. Pero también pueden ser asaltadas ante la mirada disimulada de todos. Por ello, Marlene trae consigo en su bolso de mano, una aguja de metal que aplica disimuladamente en cualquier parte del cuerpo de sus ofensores. Es una mínima venganza de las mujeres. Marlene considera que lo mejor sería traer una pistola de verdad o un gas pimienta, o de perdida un gas lacrimógeno.

Después de un recorrido, desde la periferia sur hacia el centro, el autobús consume una hora y media en el trayecto. Marlene sabe que no es mucha la distancia pero si los nudos viales, que se topará durante esa hora y media.

Como la ciudad de Guatemala cuenta con pocas redes viales eficientes que conecten los suburbios con el centro histórico, inclusive los automovilistas salen de madrugada para evitar los grandes congestionamientos viales a las horas pico, llegan temprano y estacionan sus autos frente a las escuelas de los hijos o frente a sus trabajos,y se duermen un rato mientras aclara el día y puedan ingresar a sus pequeños a los colegios y ellos a las oficinas.

Marlene está harta de esta desgastante rutina diaria, pero no tiene opciones. Interumpió los estudios de licenciatura, aunque siempre ha deseado ser psicóloga y la aceptaron en la universidad pública, solamente pudo cursar un semestre con excelentes calificaciones; pero por la crisis económica de su familia, que integran su madre y un hermano menor, se vio obligada a dejar temporalmente la universidad y a buscar trabajo en alguno de los "malls" que abundan en la capital de Guatemala, para demostrar que ya es un país moderno, con una clase media y alta con suficientes recursos económicos para comprar jubilosamente lo que sea.

En lugar de comprar la Prensa Libre de los lunes que viene con una extensa sección de anuncios clasificados, en la cual abundan las solicitudes de muchos trabajos mal pagados, tipo MacDonal´s, para jovencitos clasemedieros que no reparan en los bajos salarios que ofrecen esas transnacionales. Pero Marlene si tienen necesidades reales, como son pagar la renta del departamentito, la luz, el agua, el gas, el teléfono, etcétera, por ello trata de obtener un mejor ingreso por su trabajo. Ella decidió ir directamente a buscar empleo a un mall de moda: OAKLAND MALL.

Paso a la literatura.

Desde mi llegada a la ciudad de Guatemala, en plan de residir aquí permanentemente, con breves visitas a la ciudad de México, me plantee escribir una novela corta o bien una serie de cuentos, igualmente, cortos.

Mi necesidad de preparar el taller vivencial: "Amores líquidos", que trata sobre la fragilidad de las relaciones de pareja en tiempos posmodernos, me ha tenido un tanto distraido de la literatura. Mi idea es abrir en Guatemala un debate serio sobre esta cuestión de las parejas que se separan, pese a su promesa de amarse toda la vida. Con lo cual han dejado a los amores eternos, muy mal parados.

Los altos índices de divorcios y de madres solteras, y además muchas de ellas adolescentes, son señales inequívocas de que algo está sucediendo en las sociedades urbanas de todo el mundo. Es obvio que hay una tremenda crisis en dos instituciones sociales tradicionales: el matrimonio y la familia.

Mi literatura va encaminada a mostrar esas dificultades de las parejas modernas, a través de las metáforas que describen mejor dichos asuntos.

Los invito, pues, a seguir esta saga que inicia muy pronto.

Los iluminados.

Las personas que carecen de confianza en sí mismos han suprimido sus emociones fuertes y las han sustituido por un conjunto de creencias o ilusiones que guían y dirigen sus conductas. Pueden ser, por ejemplo, unos estudiantes radicales políticamente que creen que la violencia es la única forma de derrocar el sistema establecido que ellos ven como opresor.

En nombre de esta creencia pueden reunir gran cantidad de energía y evocar lo que pueden parecer sentimientos auténticos; pero estos sentimientos no son personales. No están disgustados por un insulto personal hacia ellos. No están tristes a causa de una pérdida personal. Han dejado a un lado sus sentimientos personales en favor de lo que creen que son las necesidades de los demás. Con esta acción demuestran que son personas dirigidas desde afuera. Cuando la causa por la que luchan sufre un revés, estas personas se deprimen.

No tengo nada en contra de la gente comprometida con las causas del pueblo; pero me parece que nuestra primera preocupación debería de ser la de nuestro bienestar. Si cada cual pudiera valerse por si mismo y cuidar de sus propias necesidades, la sociedad entera marcharía indudablemente mejor.

La persona autodirigida no es egoísta. Está centrada en sí misma, y preocuparse verdaderamente de sí misma le hace darse cuenta de que depende del bienestar del resto de la comunidad. Y es realmente humanitaria, porque es conciente e su propia humanidad, de su propio ser como persona.

Transferir los problemas a los demás y exigir su solución es señal de que la persona está dirigida desde afuera. Este es el signo de nuestros tiempos, y con pesar contemplamos la erosión del sentido de responsabilidad personal.

La tendencia general de las personas dirigidas desde afuera, los conduce a culpar de todo al sistema, al gobierno de su país. Cuando los ciudadanos uno a uno, olvidan su responsabilidad personal de mantener limpia la comunidad, en orden y segura, es difícil que el gobierno pueda proporcionar siquiera los servicios esenciales. Creer que todo lo que tiene que hacer es pagar sus impuestos y con eso se arreglarán todas las cosas y los problemas sociales es una ilusión. Esas ilusiones caracterizan a las personas dirigidas desde afuera.

Cuando una persona e deprime, indica claramente que no ha estado viviendo con los pies en la tierra. Es señal de que carece de confianza en sí mismo, de que ha sacrificado su independencia a camnbio de la promesa de satisfacciones por parte de los demás. Ha invertido todas sus energías en el intento de realizar este sueño, el sueño imposible. su depresión significa su quiebra y desilusión.

Con una terapia es posible salir de esos estados depresivos, por que la terapia va a poner a la persona en contacto con sus sentimientos, con su ser interno. Esto a su vez, le ayuda a reuperar el equilibrio y la independencia. El asunto es convertirlos en personas autodirigidas, independientes y sefuros de sí mismos.

lunes, 8 de marzo de 2010

¿ Tú mandas o te mandan ?

Desde el punto de vista de la tendencia a la depresión, la gente puede dividirse en dos grupos: las autodirigidas y las heterodirigidas, las que se dirigen desde el interior y las que se dejan dirigir desde afuera, respectivamente.

Un hombre o una mujer que es dirigido desde afuera es más vulnerable a la depresión que el autodirigido.

La persona autodirigida tiene un fuerte y profundo sentido del YO. A diferencia de la persona heterodirigida, no se dej ainfluir fácilmente en sus actitudes y conducta por los cambios del entorno. su personalidad tiene orden y estabilidad interna y descansa en la firme base de la autoconciencia y la autoaceptación. Se sostiene sobre sus propios pies y sabe donde está ubicado.

La persona heterodirigida carece de estas cualidades, muestra una fuerte tendencia a la dependencia y necesita a otros en los cuales apoyarse emocionalmente. Al perder este soporte, se deprime. Tiene lo que se denomina una estructura de carácter "oral", lo que significa que sus necesidades infantiles de apoyo, aceptación y expériencia de contacto físico y calor no fueron satifechas. Al sentirse insatisfecha no tiene soporte para tener confianza en sí misma ni en la vida.

Una diferencia importante entre estas dos clases de personas, es el objeto donde ponen sus confianza. La persona autodirigida pone la confianza en sí misma, la heterodirigida la pone en los demás, arriesgándose así a una serie de decepciones. Siempre buscará algo fuera de ella en lo que creer: una persona, un sistema, un credo, una causa o una actividad. En el nivel conciente está muy identificado con sus intereses externos.

Esto podría parecer algo positivo, desde fuera parece estar siempre ocupada, haciendo cosas, pero trabaja para el respetable público que la observa, con la esperanza inconciente de que los demás la reconozcan y le respondan con amor, aceptación y ayuda.

En cambio, la persona autodirigida actúa y hace las cosas para sí misma, su identificación primaria es consigo misma como persona y sus actividades son expresión genuina de quien es ella. Se realiza a través de su respuesta al mundo. cualesquiera que sean las necesidades insatisfechas que tuvo en la infancia, no espera que los demás se las satisfagan.

La persona autodirigida sabe lo que quiere y lo expresa concretamente. Por ejemplo, dirá: "siento que me estoy esforzando demasiado y que necesito parar un poco"; bien: " mi cuerpo está tenso y mi respiración es entrecortada; necesito abrirme más". Habla desde una postura de autoconciencia. La persona dirigida desde afuera no puede hacer esto.

El camino de la solución para aquellas personas que les gusta ser dirigidas desde afuera, es tomar una terapia que les ayude a encontrarse a sí mismas y aprendan el valor y la responsabilidad de dirigirse sólos.

domingo, 7 de marzo de 2010

Divina ilusión.

En nuestra sociedad actual es común escuchar que una persona es un "don nadie" o que es "alguien", esto sobre la base del tener o no tener objetos que simbolizan un estatus social. El ser pobre , un fracasado o un desconocido es para mucha gente un "don nadie" y, por tanto, no ser merecedor de amor. Pero quien tiene mucha riqueza, fama y éxito puede convertir a un don nadie en alguien, porque está rodeado de signos externos de importancia: ropa, automóviles, casas, etcétera.

Puede que ese alguien dé esa imagen de poder e importancia, pero las imágenes es un fenómeno superficial que a menudo tiene muy poco que ver con la vida interior de esa persona.

De hecho cuando vemos a una persona tratando forzosamente de proyectar una imagen de que es alguien, indica que en el fondo se siente un don nadie. Este sentimiento es el resultado de de la disociación entre el YO y el cuerpo. La persona se indentifica con el YO y niega la importancia del cuerpo, no tiene cuerpo. la pérdida de sensación del cuerpo, que equivale a sentirse un don nadie, obliga a sustituir la realidad del cuerpo por imágenes basadas en la posición social, política o económica.

Si queremos encontrar a la persona verdadera tras la fachada tenemos que mirar a su cuerpo, sentir sus sentimientos y entender sus relaciones. Sus ojos nos dirán si puede amar, su cara nos dirá si es autoexpresivo y sus movimientos corporales nos revelarán el grado de libertad interior. Cuando estamos en contacto con un cuerpo vivo y vibrante, sentimos de inmediato que estamos en presencia de alguien, sin tener en cuenta su posición social.

Una meta ilusoria exige una manera de ser, aprobada, porque detrás de esa meta está la necesidad de aceptación. La meta se fija inicalmente durante la infancia, con el deseo de aceptación de los padres, transferido más tarde a los demás.

Si la depresión es tan común hoy día, es por la irrealidad en que transcurre una buena parte de nuestras vidas, por la energía que se destina a la persecución de metas irreales. Soñar con una casa más grande, autos nuevos, más electrodomésticos, etcétera, tienen cierta medida de valor positivo, ya que contribuyen a otorgar más placer al usuario. Pero si consideramos esos objetos como una medida de nuestro valor personal, si esperamos que el poseerlas llenará el vacío de nuestras existencias, estamos montados en un escenario teatral, irreal.

Estamos expuestos a deprimirnos cuando buscamos fuentes externas a nosotros para realizarnos. Si pensamos que tener todos los adelantos técnicos en casa nos va a ser más autoexpresivos, mnos veremos lamentablemente desilusionados. Y cuando llegue la desilusión, nos deprimiremos. Puesto que esta es la actitud de hoy de la mayoría de las personas, veremos entonces el aumento de la incidencia de depresión y suicidio.

sábado, 6 de marzo de 2010

El deprimido: un iluso sin remedio.

Entre las metas que la mayoría de nosotros se proponen alcanzar, se encuentran la riqueza, la fama y el poder. Pero en esta sociedad posmoderna todo el mundo quiere ser rico, millonario, nadar en dinero. Por querer ser ricos a toda costa hacen lo imposible por lograrlo, hasta se han escrito libros de auto ayuda que indican el camino para convertirse en millonarios.

Hasta la difundida tesis de que atraemos las ideas que queremos, lo que nos quiere enseñar a todos es hacernos millonarios en dólares. Eso significa desconocer el origen de las grandes fortunas en el mundo, que por lo regular tienen raíces en el saqueo, en el robo o en el crimen. Hay dos formas clásicas de robar en la economía capitalista: una consiste en robar a mano armada, la otra fundando un banco.

Cuando perseguimos ilusiones nos proponemos metas poco realistas, creyendo que si las logramos, automáticamente nos liberarían, restablecerían nuestra capacidad de autoexpresión y nos harían capaces de amar.

El típico ejemplo de un iluso moderno, es aquel que compra billetes de lotería con la esperanza de hacerse millonario de la noche a la mañana; o bien, se dedica a los juegos de azar en los casinos de Las Vegas, o en su propio pueblo o ciudad. Lo que es irreal no es la meta, sino la recompensa que se supone viene aparejada a la meta.

La mística de esta civilización es la hacerse rico. Por eso dividimos a las personas entre las que tienen y las que no tienen. Creemos que los ricos son los privilegiados que poseen los medios para satisfacer sus deseos y en consecuencia para realizarse. Desgraciadamente, esto no funciona para todo el mundo. Tanto se deprime el rico como el pobre. El dinero no proporciona las satisfacciones internas que son las que hacen que la vida merezca la pena vivirse.

En muchos casos que conocemos, la tendencia a ganar dinero desvía la energía de las actividades más creativas y autoexpresivas, con lo cual el espíritu se empobrece. Son pobres con mucho dinero. No viven su propia vida, sino que son esclavos del dinero, viven para él de una manera obsesiva. Estos ricos nunca tienen tiempo para su familia, sus relaciones íntimas, para sí mismos; al final de cuentas terminan siendo los más ricos del cementerio, porque nunca supieron para qué era el dinero que atesoraban con tanto ahínco.

El éxito y la fama pertenencen a otro orden de cosas, habría que decir que tanto el dinero, como la fama y el éxito son asuntos efímeros quer pueden desaparecer de un momento a otro. Los casos típicos son los artístas del cine y la televisión, los políticos, etcétera.

El éxito y la fama se basa en la ilusión de que no sólo incrementarán nuestra autoestima, sino que además lograremos esa aceptación y aprobación de los demás que tanto anhelamos en la vida. Estos logros, si es que se pueden alcanzar, contribuyen muy poco a la vida interior del sujeto. Muchos triunfadores se han suicidado en la cumbre del éxito. Nadie ha encontrado el verdadero amor a través de la fama, y muy pocos han superadola sensación interna de soledad gracias a ella.

Por muy fuertes y prolongados que sean los aplaudos que brinda la muchedumbre a los artistas, no llegan al corazón. A pesar de que éstas son las metas que glorifica esta sociedad de masas, la verdadera vida se vive en un nivel mucho más íntimo.

Por lo tanto, se puede definir como meta irreal aquella que conlleva expectativas poco realistas. El verdadero objetivo que hay tras la lucha por el dinero, el éxito y la fama es la autoaceptación, la autoestima y la autoexpresión.

viernes, 5 de marzo de 2010

El deprimido: ni trabaja ni ama.

Cuando un sujeto se deprime se anulan sus capacidades de trabajo y de amar. Nada lo motiva, ni un buen trabajo ni un lindo amor. La gente no se deprime cuando ama o cuando siente una realización personal en su trabajo cotidiano.

Todo el mundo necesita amar y sentir que su amor es correspondido. El amor nos relaciona con el mundo y nos da la sensación de estar vinculados con la vida. Ser amados es importante en la medida en que facilita la expresión activa de nuestro propio amor. A través del amor uno se expresa y afirma su ser e identidad.

La autoexpresión, el despliegue del YO, es otra necesidad básica de todos los seres humanos. Es fuente de mucho placer personal. Hay que reconocer que en un sujeto deprimido la autoexpresión está muy limitada, por no decir enteramente bloqueada. En muchas personas se limita a una pequeña área de sus vidas, generalmente a su trabajo; e incluso en esta área tan restringida la autoexpresión se canaliza hacia un trabajo compulsivo o mecánico.

El Yo es un fenómeno corporal; en consecuencia, la autoexpresión, significa la expresión de sentimientos. El sentimiento más profundo es el amor, sin duda, aunque todos los sentimientos son parte del YO y pueden ser apropiadamente expresados por la persona sana. De hecho, la amplitud de sentimientosque una personja pueda expresar determina la amplitud de su personalidad.

Es bien sabido que la persona deprimida está encerrada en sí misma y que al activar cualquier sentimiento, ya sea rabia o tristeza, puede reaccionar con gritos y golpes, lo que le produce un efecto de catarsis, que lo calma momentáneamente. Las vías a través de las cuales se expresan los sentimientos son la voz, el movimiento corporal de todo el cuerpo y los ojos. Cuando los ojos están apagados, la voz se hace monótona y el movimiento corporal es casi nulo, estamos en presencia de un sujeto deprimido.

Otra necesidad fundamental de todo ser humano es la libertad. Sin ella es imposible la autoexpresión del individuo. Uno desea ser libre en todas las situaciones de la vida, se quiere tener opciones de elegir. Sin embargo, todas las sociedades humanas imponen límites muy severos a la libertad individual enaras d ela cohesión social, y esas restricciones pueden ser aceptadas siempre y cuando no restrinjan excesivamente el derecho a la autoexpresión.

En muchos individuos se forman poderosas prisiones interiores, además de las exteriores que impone la sociedad. Estas barreras interiores a la autoexpresión son de tipo inconciente o están racionalizadas, por lo tanto el sujeto se halla más encerrado en sí mismo, como si se tratara de fuerzas externas.

La persona deprimida está presa por las barreras inconcientes del "se debería" y "no se debería", que la aislan, la limitan y pueden incluso aplastar su espíritu. Mie3ntras vive en esta prisión inconciente, la persona crea miles de fantasías de libertad, trama planes para su fuga y sueña con un mundo en que la vida será diferente.

Antes o después la fantasía se derrumba como un castillo de arena, el sueño se desvanece, el plan falla y se encuentra de frente con la horrible realidad. cuando esto sucede, el individuo se deprime profundamente y se siente desesperado e impotente.

jueves, 4 de marzo de 2010

El depresivo entre el pasado y el futuro.

El sujeto deprimido no vive el presente, siempre oscila entre atarse al pasado y volar hacia el futuro. El deprimido dice: "mi pasado es horrendo, pero mi futuro es grandioso". Esto constituye una irrealidad, cuando el deprimido se plantea un futuro maravilloso, lo que está haciendo es evadirse por la puerta falsa, ya que su presente es frustrante y es lo único que tiene entre las manos.

Si el individuo ha experimentado una pérdida o un trauma en su infancia que ha socavado sus sentimientos de seguridad y autoaceptación, proyectará en su imagen del futuro la exigencia de que invierta su experiencia pasada. El sujeto que de niño experimentó una sensación de rechazo se imaginará un futuro lleno de aceptación y aprobación prometedoras. Si de niño luchó contra una sensación de desamparo e impotencia, su mente compensará este agravio a su ego con una imagen del futuro en la que se sienta poderoso y dominante.

La mente, en sus fantasías y elucubraciones, intenta darle la vuelta a una realidad desfavorable e inaceptable a base de crear imágenes que eleven al individuo e inflen su ego. Si una parte importante de la energía de la persona se centra en estos sueños, perderá de vista que su origen está en su experiencia de la infancia y sacrificará el presente en pos de su cumplimiento. Estas imágenes en la mente del deprimido constituyen metas irreales, y su realización es un objetivo inalcanzable.

Casi todos los pacientes que asisten a un consultorio de psicoanálisis, se han comprometido con un futuro irreal. Algunos visualizan el futuro así: una época en que no habrá tristeza, ni dolor, ni discordia; otros se ven admirados y amados por todo el mundo; también los hay que sueñan con una imagen de poder ilimitado, encarnado en una poderosa musculatura.

La irrealidad que construye el deprimido se manifiesta claramente en el grado en que ha perdido contacto con su cuerpo. Hay una deficiencia de autopercepción; no se ve así mismo tal como es, ya que su mente está centrada en una imagen irreal. No perciben las rigideces de su musculatura, no sienten las perturbaciones en sus movimientos corporales, ni sumenor motilidad y respiración entrecortada, ya que solo se identifican con su ego, su voluntad y su imaginación. Lo que ocurre con su cuerpo no lo escucha ni lo atiende, que es la vida presente, porque sus ojos están puestos en una meta futura que considera la única importante.

Los deprimidos cierran los ojos al presente y viajan apresuradamente al pasado o al futuro, y ahí se instalan cómodamente pensando en que ocurra un milagro en sus vidas miserables.

miércoles, 3 de marzo de 2010

La depresión ¿es normal?

Si son millones los seres humanos que padecen de depresión, es posible que ellos estadísticamente sean considerados la mayoría y por lo tanto representen la normalidad. Es tan común el hecho de que muchas personas padezcan de depresión para considerar esta reacción como algo normal, mientras que no afecte sustancialmente las actividades cotidianas de los individuos.

Aunque se puede considerar como normal, desde el punto de vista estadístico, no se puede afirmar que es un estado saludable.

En realidad no podemos esperar que un ser humano esté siempre alegre. Ni siquiera los niños están continuamente alegres. Pero el mero hecho de que de vez en cuando alcancemos altos grados de alegría no explica la depresión. Para funcionar relativamente en forma sana, hay que sentirse bien.

Una persona sana emocionalmente se siente bien la mayor parte del tiempo en las actividades que realiza a lo largo del día, sus relaciones, su trabajo, su descanso y sus movimientos. Su placer, en un momento dado, puede inclusive alcanzar el éxtasis, y de vez en cuando también experimentará dolor, tristeza, frustración y decepción.

La clave de la depresión es que la persona no responde, es incapaz de hacerlo. Nada es capaz de evocar en la persona deprimida una respuesta positiva. Si se le plantea lo siguiente: Te invito a viajar a Europa con todos los gastos pagados, la respuesta clásica del deprimido será esta: no me interesa en lo más mínimo. La perspectiva de gozar y tener placer solo servirá, en muchos casos, para ahondar la depresión.

Antes de seguir avanzando en este tema, hay que decir que el origen de la depresión puede ser orgánico, un asunto meramente de mal funcionamiento bioquímico y eso se "resuelve" con medicamentos antidepresivos. En México tuvimos un presidente que tenía depresión crónica, por lo que siempre estaba sedado bajo el medicamente llamado PROZAC, él veía todo color de rosa, esa era su realidad en su propia cabeza.

Aquí nos ocuparemos de la depresión cuyo origen es estrictamente emocional, psicosomático, pués.

En casos de depresión profunda la pérdida de respuesta frente al mundo es claramente evidente. Una persona gravemente deprimida puede sentarse en una silla y estar con la mirada perdida muchas horas, sin moverse. Puede pasarse acostado en la cama gran parte del día, inmóvil, incapaz de encontrar energía para integrarse a la corriente de la vida.

En general nos referiremos a casos de personas con depresión leve, que siguen funcionando en la realidad como pueden, pero muy insatisfechos con lo que hacen y con lo que los rodea.

martes, 2 de marzo de 2010

El mal del siglo XXI.

Así como el SIDA fue considerado el gran mal del siglo XX, la depresión será la enfermedad más preocupante del siglo que vivimos. Millones de personas en todo el mundo padecerán los teribles efectos de la depresión y estarán sometidos a una medicación de largo plazo, para controlar ese estado de ánimo tan peculiar.

En el campo de la psiquiatría se han propuesto poner a la persona mentalmente enferma en contacto con la realidad. Si la ruptura con la realidad es grave, es decir, si el paciente no está orientado en la realidad del tiempo presente, del espacio o de la identidad personal, se ha despersonalizado, su condición clínica se describe como psicótica.

El psicótico sufre delirios que distorsionan su percepción de la realidad, tiene alucinaciones y escucha voces en su cabeza.

Cuando la distorsión emocional no es tan grave, se llama neurosis. La persona neurótica no está desorientado, su percepción de la realidad no está distorsionada, pero su concepción de la realidad es defectuosa; opera con ilusiones y su funcionamiento no está aterrizado en la realidad. Porque sufre de ilusiones, el neurótico se considera mentalmente enfermo.

Sin embargo, tratar de hacer und iagnóstico valedero del neurótico no es un asunto sencillo de resolver. Resulta difícil determianr qué creencias son ilusorias y cuáles reales. No es raro encontrar que la persona que presume de ser muy realista, sea también, en el fondo, un iluso.


No existe perturbación emocional que a la vez no sea física. La persona que está deprimida, lo está tanto física como mentalmente; ambas cosas son en realidad una sola, pero cada una responde a un aspecto diferente de la personalidad.

El término apropiado para describir los desórdenes de la personalidad: es enfermedad emocional. El término emoción quiere decir movimiento y por lo tanto tiene una connotacipón física y mental. El movimiento se da en el plano físico, pero la percepción se da en el plano mental. Una perturbación emocional implica a ambos niveles de la personalidad.

Y como es el espíritu el que mueve a la persona, el espíritu está también involucrado en todo el conflicto emocional que perturba al individuo.

La persona deprimida ha perdido el sentido de su vida. La pérdida de ese sentido de la existencia es el problema clave del hombre moderno.

La otra naturaleza del hombre.

El ser humano responde a dos naturalezas, la del reino animal y la de la cultura. Recordemos la distinción entre razón e inteligencia. También en el reino animal se da la inteligencia. Un chimpancé puede aprender por experiencia a alcanzar los plátanos y así demuestra una conducta inteligente.

La inteligencia actúa ahí donde se producen instrumentos. La inteligencia animal se extiende a los medios, pero los fines están dados por los instintos. La razón, a diferencia de la inteligencia o del entendimiento, tiene la capacidad de diponer lo que concierne a los fines. Y eso presupone una relación consigo mismo, relación que posibilita la distaqncia ante dicho sí mismo y, en consecuencia, la posibilidad de ver en su conjunto la relación entre medios y fines.

La razón actúa cuando el saber no solo acompaña a la voluntad, sino que la produce: cuando se da la capacidad de establecer fines a largo plazo, unos fines para los que es preciso movilizar la voluntad. Para ello es necesario salir de sí, ir más allá de sí mismo.

Por lo tanto, la carrera del hombre como ser racional comienza con el primer paso de la salida de sí mismo, con el acto de trascender. el animal que trasciende, elhombre, goza de la orgulloosa distancia con la que mira todo: a la vez que nota que, si bien es capaz de salir de sí mismo, sin embargo, no puede escapar del mundo animal, su primera naturaleza.

Diremos que el hombre es un animal no fijado. Es un producto fabricado a medias, un ser que no está completamente acabao, sinmo que ha de completarse todavía y , para ello, posee la notable facultad de compensar los defectos naturales con habilidad e inteligencia.

El hombre es un ser deficiente porque, en comparación con el resto del reino animal, su dotación instintiva es insuficiente para sobrevivir. El bebé humano requiere de un tiempo prolongado para poder ser autosuficiente en su cuidado y alimentación, el resto del reino animal, no.

El hombre no puede confiarse a sus instintos, tiene demasiadas opciones. Hay en él poca coacción y demasiada libertad. Dado que la naturaleza lo ha dejado estancado, ha tenido que hacerce cargo él mismo de su evolución para poder sobrevivir.

Por naturaleza, el hombre está abocado a lo artificial, o sea, a la cultura y la civilización. Así pues, el animal no fijado engendra la segunda naturaleza cultural por cuento configura su naturaleza mediante la cultura.

En el reino de la fantasía el hombre siempre ha ido un poco más allá, y siempre ha anticipado y ejercitado imaginariamente su segunda naturaleza. Por ejemplo, emprendió los primeros intentos de vuelo en la religión, en la metafísica y en los cuentos.