miércoles, 24 de febrero de 2010

El tedio de pescar en La Red.

Esta pesca del amor podría ser un lindo juego para los que entran repetidamente a La Red a buscar pareja. Pero es muy raro que eso ocurra. Las reglas han cambiado mucho. En el siglo XX, los hombres salían de cacería tras sus presas, eso ocurría en la escuela, la universidad, las fiestas, los paseos; las presas sabían manejar muy bien ese código del cortejo, sabían esperar, siempre esperaban. "Te digo la semana entrante", "No sé si mis papás aprueben ésto", "Tienes que pedir permiso a mis papás para andar juntos", eran las frases de aquella época en boca de las mujeres.

Actualmente, ese escenario no se produce más que en hogares muy tradicionales en los cuales las mujeres sufren el agobio de sus padres, y que finalmente terminan por abandonar el hogar paterno por la puerta de atrás: casadas con el primer hombre que se encuentran en la calle o embarazadas.

Las mujeres actuales ya no se quedan esperando a que al cazador se le ocurra acercarse a pedirles una relación, ahora van ellas en calidad de amazonas a buscar la pareja que desean. Los códigos actuales son otros, ellas y ellos abordan a sus candidatos a una relación, sin rodeos, directamente, al grano. Piden teléfonos o e-mails y de inmediato se comunican a ver qué pasa con ese flirteo.

En La Red todo el mundo se jacta de sus méritos, intenta venderse, se esfuerza por ser jovial y atractivo, pero esto resulta tediosos en la mayoría de los casos. Por ello se imprime gran velocidad a los encuentros.

Un paciente dice:

"Estoy separado desde hace tres meses y me doy de plazo otros tres para conseguir una nueva compañera". ¿ Y dónde quedó el duelo de la separación ? Van de una relación a otra sin pasar por un duelo de separación tan necesario, para evitar cobrar facturas ajenas a la siguiente pareja.

Pero los bloqueos de los buscadores de pareja en La Red son infinitos. Por ejemplo esta mujer de 62 años dice:

"Porque hay montones de cosas que no me atrevo a hacer desde que estoy sola, por consejo de mis amigas me inscribí en una página de encuentros en La Red. pero no siempre contesto los correos, porque me da miedo. Como diría El Principito, crear vínculos es difícil. No me siento capaz, por eso me busco buenas excusas para dejarlo para más tarde: cuando haya terminado los trabajos de mi casa, cuando mis nietos sean mayores... Pero, por supuesto, cuando haya arreglado todos los pendientes de la vida ! seré demasiado vieja para el amor ¡

Los más jóvenes ofrecen a sus posibles parejas, simplemente pasar buenos ratos juntos, sinmayores compromisos. A partir de los treinta años,la petición es más precisa: se antepone lo que se es y un poco menos lo que se busca. A partir de los cincuenta años, se percibe la desconfianza por detrá de la exigencia: no se trata de compartir las adversidades de la vida, sino solo los buenos momentos.

las propuestas de proyectos comunes se plantean sobre la base exclusiva de compartir los tiempos libres en viajes y distracciones, eso es todo. Un hombre que se identifica como GOLF-250, dice que solamente contactará conmujeres que jueguen al golf. Este es un típico bloqueo de alguien que no quiere encontrar una mujer de verdad, al reducir al mínimo sus posibilidades.

Las exigencias de los internáutas enmateria de salud y belleza, paralizan a muchos que no cumplen con esos estándares. El mundo está lleno de personas poco agraciadas físicamente y poco atléticas, por ello los que buscan modelos de la televisión, ellos y ellas, se frustran a cada rato al no encontrar eso que desean tanto.

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