jueves, 31 de diciembre de 2009

El amor romántico.

La forma de vida predominante hasta el siglo XVIII no era la familia nuclear que todos conocemos ahora, sino la familia extensa o extendida como comunidad económica. su deber supremo era era asegurar la existencia y mantener la sucesión de las generaciones. Bajo estos principios, poco espacio quedaba para preferencias personales, sentimientos o motivos particulares. Poco importaba la compatibilidad o no de los futuros esposos.

Con el matrimonio burgués surge el amor duradero y romántico a la vez, que se produce por la estrecha relación sentimental entre dos personas y que da contenido y sentido a su vida. Ahora el otro se convierte en la persona que significa "todo para mi": el mundo, el Sol, la Luna y todas las estrelllas.

"Tú eres mi luna, y yo soy tu tierra;
tú dices que giras alrededor de mi.
Yo no lo sé, sólo sé que en mis noches
me ilumino a través de ti".

Este es un poema romántico que refleja el sentimiento de dos personas que se quieren fundir en una sóla. Cada vez más enfocamos nuestra esperanza hacia la otra persona, hacia este hombre, esta mujer; él o ella deben otorgarnos estabilidad en el mundoque gira a una velocidad vertiginosa.

El matrimonio se convierte en la instancia central para la "construcción de la realidad" social: en la convivencia de hombre y mujer se construye un universo común de interpretaciones, valoraciones y expectativas. Dicho universo se construye mediante el diálogo o no, mediante costumbres y experiencias compartidas, en un intercambio continuo entre el "alter" y el "ego".

La imagen del mundo está siendo negociada, corregida y desplazada, cuestionada y reafirmada permanentemente, por la pareja matrimonial.

No sólo la construcción de la realidad social se da entre la pareja, sino también la identidad se ha convertido en un tema primordial del matrimonio: "en el intercambio con la pareja nos buscamos también a nosotros mismos".

Buscamos la historia de nuestra vida, queremos reconciliarnos con nuestras decepciones y heridas, queremos proyectar nuestras esperanzas y metas para nuestras vidas. Nos reflejamos en el otro, y la imagen del TÚ es esencialmente también la imagen del YO. Luego entonces, el matrimonio se transforma en una institución especializada en el desarrollo y estabilidad de la persona.

Esto último ocurre en las primera etapa del enamoramiento: " el enamoramiento es la búsqueda de la propia definición, una búsqueda del propio YO hasta lo más profundo. Se alcanza a través de la otra persona, en el diálogo con ella, en el encuentro mediante el cual cada uno busca el reconocimiento del otro, en la aceptación, comprensión, afirmación y liberación de lo que había antes y de lo que existe ahora.

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