martes, 10 de noviembre de 2009

Volver a la patria

El retorno a Guatemala tiene implicaciones emocionales muy profundas para mi. Salí de ese país hace ya 45 años, seguramente Guatemala ha cambiado demasiado y yo también, así que después de aquel divorcio necesario hoy tiene que venir un reencuentro y un reconocimiento amorosos.

Vivir en Guatemala, ahora, es para mi una cuestión que debo analizar a conciencia, ya que soy un perfecto "desconocido" en estas tierras. Acá viven mis hermanos y una enorme tribu de primos, eso me da contención emocional y grandes satisfacciones íntimas.

El hecho de ser psicoanalista me permitiría, en principio, pensar en que puedo establecerme en Ciudad de Guatemala y abrir mi consultorio. Pero recuerdo que cuando me inicié en la profesión y decidí ejercerla en la Ciudad de México, el asunto fue más complicado de lo que yo me imaginaba. El atraer pacientes a tu consultorio es una tarea titánica. Lo que siempre contribuyó a que ese tema de los pacientes fluyera con cierta gracia, fue el ser maestro universitario por tantos años, eso facilitaba que el consultorio estuviera siempre lleno de pacientes jóvenes deseosos de saber que pasaba con sus vidas. Pero para que ese milagro operara tuvieron que pasar algunos años difíciles.

Hoy a mis 65 años, quiero ver pacientes ya sea en México o en cualquier parte del mundo, pero las condiciones son diferentes en un sitio que en otro, hay que evaluarlas con sumo cuidado.

Mi labor docente en diversas universidades, pienso que ya llegó a su fin, estoy agotado de la función magisterial: pararme frente a un grupo de estudiantes, los cuales están ocupados en chatear mediante sus laptop´s, mientras yo dicto la clase, no me parece digno de mi labor de enseñanza; simplemente pienso que estoy desfasado en cuanto a los nuevos métodos de enseñanza. Yo sigo usando el pizarrón y recomendando estudiar y consultar libros en las bibliotecas, y eso les parece insólito a los chicos de hoy, que alguien pueda recomendar tremendas cosas del pasado.

Quiero retormar mis cursos-taller denominados "amores líquidos", en los cuales la convocatoria a los interesados en los asuntos del amor y la pareja, se resuelve fácilmente con una gran audiencia voluntaria.

No soy experto en cuestiones del amor y la pareja actual, pero tengo suficientes conocimientos teóricos y prácticos para sostener ciertas tésis al respecto.

Guatemala es el espacio propicio para reflexionar acerca de mi futuro. Mi vida entera se la he dedicado a la universidad y a la enseñanza. Siempre estaré en labores de enseñanza a quienes quieran oirme y aprender algunas cosas nuevas de la sociedad posmoderna.

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