lunes, 2 de noviembre de 2009

La Brenda y yo

Mis amigas, muy queridas, me comentan que no se explican que hago yo con un ser como La Brenda, ella tan banal y tan ignorante, como que no somos compatibles para nada; sin embargo, pienso que hay personas que tienen un gran atractivo aun en su infinita ignorancia de los temas académicos.

Naturalmente, que mis amigas piensan que yo debo andar con alguien que al menos tenga una maestría o un doctorado, para estar al nivel, pero eso es juzgar solamente bajo el punto de vista del conocimiento; además esta sociedad no valora suficientemente el intelecto. Los maestros somos una clase de profesionistas socialmente devaluados, siempre hablan de nosotros como lo esencial e importante para salir del subdesarrollo, pero los sueldos no reflejan esa importancia que dicen que representamos.

Pero volviendo al tema de mi Brenda, yo les comento que ella es la bondad y el amor solidario, y eso fue lo que me atrajo de ella. Después de venir de un proceso doloroso, que me hizo cliente de hospitales y de médicos ineptos, a los cuales me enfrenté en la más honda soledad, la aparición en mi vida de La Brenda fue como un auténtico bálsamo tonificante. Ella es el motor de mi vida ahora, el puro amor a raudales dedicado a mi persona. Ella que es pura dinamita, me acepta con mis dos muletas y el impedimento de poder bailar o pasear por la ciudad de Querétaro, eso no le imjporta demasiado. Esto se agradece en tiempos de escasa solidaridad humana.

Ahora ella y sus amigas corren una aventura por Europa y Africa, con sus consabidos riesgos, pero la vida está llena de ellos. Yo estoy pendiente de ellas y les aconsejo lo que puedo desde México, cuando observo que pueden sufrir algún descalabro adelante. pero es imposible cuidarlas así, cuando son un grupo de mujeres cuarentonas, inexpertas en viajes, pero no en la vida.

Seguiremos dando cuenta de sus aventuras y peripecias de viaje...

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